No por repetirlo se va a solucionar el problema. Lo cierto es que Cuba atraviesa una de sus peores crisis energéticas en los últimos años. Este viernes, el déficit de generación eléctrica en el país supera los 1,400 megavatios (MW), lo que ha provocado apagones prolongados y cortes programados en toda la Isla, incluyendo la capital, La Habana.
De acuerdo con el último informe de la Unión Eléctrica, el déficit alcanzó un pico de 1,438 MW en la noche del jueves 10 de abril, coincidiendo con el horario de mayor demanda. Aunque el servicio fue parcialmente restablecido alrededor de las 3:30 am del viernes, nuevas interrupciones comenzaron apenas hora y media después.
Para las 7:00 am, la capacidad disponible era de solo 1,845 MW, frente a una demanda de 2,310 MW, dejando a más de 500 MW fuera de servicio.
Las previsiones no son alentadoras. Se estima que en estos momentos, horario del mediodía, se afectarán unos 800 MW, mientras que en el pico nocturno la afectación podría escalar a los 1,475 MW.
Las causas de este colapso son múltiples. Varias unidades termoeléctricas permanecen fuera de servicio por mantenimiento o averías. Dos bloques de las centrales de Santa Cruz y Felton están completamente rotos, y otros cuatro —ubicados en Santa Cruz, Cienfuegos y Renté— siguen en mantenimiento.
A esto se suma un problema aún más crítico... ¡la falta de combustible!
Actualmente, 74 centrales de generación distribuida, con una capacidad conjunta de 526 MW, están paralizadas por falta de combustible, mientras que otras sufren por escasez de lubricantes. Esto ha dejado al Sistema Electroenergético Nacional (SEN) sin capacidad de respuesta ante el aumento de la demanda.
En La Habana, la Empresa Eléctrica ha anunciado apagones programados en bloques horarios. Desde las 10:00 am hasta las 10:00 pm, distintos sectores de la ciudad estarán sin electricidad, rotando por bloques para distribuir las afectaciones.
La población cubana enfrenta una rutina cada vez más marcada por la incertidumbre, el malestar y la frustración. Los apagones afectan no solo a los hogares, sino también a los sectores productivos y al comercio, agravando la ya difícil situación económica del país.
Aunque se han registrado aportes marginales de energía solar, Cuba sigue dependiendo de un sistema energético obsoleto, afectado por fallas estructurales y una alarmante falta de recursos. La estabilización del SEN se presenta como un reto enorme para las autoridades en medio de un clima social cada vez más tenso.
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