La Aduana de Cuba intensifica su ofensiva contra el acceso independiente a internet con la incautación de 85 routers WiFi y 20 dispositivos Starlink en el Aeropuerto Internacional "José Martí" de La Habana.
Las autoridades aduaneras cubanas interceptaron estos equipos bajo el argumento de que su entrada al país se intentó realizar de forma ilegal, con fines presuntamente comerciales. Así lo informó el vicejefe de la Aduana General de la República, Wiliam Pérez González, quien detalló que la cantidad de dispositivos decomisados revelaba "intenciones de ilegalidad", ya que no estaban destinados a uso personal.
Pérez González comunicó la operación de la red social X, donde señaló que se aplicaron las sanciones correspondientes, sin especificar detalles sobre los responsables ni el destino previsto de los equipos.
En paralelo, esta misma semana se frustró el ingreso de 20 dispositivos Starlink en otro vuelo proveniente de Estados Unidos. Starlink es un servicio de internet satelital desarrollado por la compañía estadounidense SpaceX, que permite a los usuarios conectarse sin necesidad de infraestructura terrestre.
Su uso representa una alternativa a ETECSA, el monopolio estatal de telecomunicaciones en Cuba y facilita el acceso libre y sin censura a la red.
El gobierno cubano ha manifestado su rechazo al uso de equipos como Starlink, antenas y repetidores no autorizados, argumentando que interfieren con las señales de radiobases y afectan la calidad del servicio de telefonía móvil. No obstante, expertos y activistas señalan que la verdadera motivación detrás de estas restricciones radica en el interés por mantener el control político y económico sobre la conectividad.
En un contexto donde la ciudadanía busca opciones para sortear la censura y mejorar la calidad de conexión, estas medidas reflejan el temor del régimen a perder el control sobre el flujo de información. Los dispositivos incautados podrían haber permitido a muchas personas acceder a internet de manera más rápida, segura y libre, fuera del alcance del monitoreo estatal.
Esta operación de la Aduana cubana forma parte de una política más amplia de vigilancia y represión sobre el acceso a tecnologías que posibiliten una comunicación más autónoma en la Isla.
El aumento en la fiscalización aduanera sugiere que el gobierno está dispuesto a endurecer su postura para impedir cualquier avance en la conectividad que escape de sus manos.
Mientras tanto, la población sigue buscando vías para sortear el cerco digital impuesto por el régimen, en un país donde el acceso libre a internet se ha convertido en una necesidad... y un acto de resistencia.
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