Una señora completamente desnuda y con trastornos mentales lleva varios días durmiendo en un contenedor de basura en la Calzada de Güines, municipio habanero de San Miguel del Padrón. La policía la ha recogido en varias ocasiones, pero al siguiente día vuelve al mismo lugar. Es una persona agresiva, que cuando se molesta comienza a lanzar piedras. Resulta inverosímil que esto suceda en un país donde el gobierno se jacta de que "la revolución no abandona a sus hijos".
El incremento de la mendicidad en Cuba se ha convertido en una preocupación creciente, extendiéndose desde la capital hasta las provincias. Testimonios recopilados revelan la cruda realidad que enfrentan quienes se ven obligados a pedir ayuda en las calles. El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Cuba reconoció que entre los años 2014 y 2023 se registró un total de 3,690 personas en situación de mendicidad en todo el país, aunque las autoridades aseguran que están siendo atendidas según los protocolos establecidos.
La activista María López de Centro Habana describe la situación como especialmente grave cuando se trata de jóvenes que se ven obligados a pedir comida en las calles. Este fenómeno, impulsado por la aguda crisis económica, es evidencia del creciente desafío que enfrenta la sociedad cubana. Dunia Medina, otra activista desde La Habana, expresa su consternación por la creciente presencia de mendigos, destacando incluso a aquellos que han trabajado durante décadas y que ahora se encuentran viviendo en condiciones de extrema pobreza. La crisis económica, junto con la inflación, ha exacerbado esta situación, dejando a niños y ancianos entre los más afectados.
La proliferación de los llamados "buzos" que se sumergen en los contenedores de basura recogiendo lo que pueden, incluyendo restos de comida, es la muestra más palpable del deterioro de una sociedad comunista. Estos "buzos" representan una imagen impactante del declive social y económico de Cuba, donde cada vez más personas recurren a la basura para sobrevivir.
La situación de esta mujer y de muchos otros mendigos refleja una realidad dolorosa y contradictoria en un país que se enorgullece de su sistema social y de su atención a los más necesitados. El hecho de que una persona con evidentes problemas mentales tenga que buscar refugio en un contenedor de basura pone en entredicho las afirmaciones gubernamentales sobre la protección y el cuidado de todos los ciudadanos.
El testimonio de activistas y ciudadanos muestra una imagen distinta a la oficial, una imagen de abandono y de lucha diaria por la supervivencia. La crisis económica, agravada por la inflación y la falta de recursos, ha llevado a muchos cubanos a situaciones extremas, donde pedir en las calles o buscar en la basura se ha vuelto una necesidad.
Esta situación es un llamado de atención urgente a las autoridades cubanas y a la comunidad internacional. La realidad de la mendicidad y de las personas sin hogar en Cuba es una señal de que las políticas sociales están fallando en proteger a los más vulnerables. Es necesario un enfoque integral que no solo aborde los síntomas de la crisis, sino que también ataque sus causas fundamentales.
La historia de esta mujer en San Miguel del Padrón es solo una de las muchas que se replican a lo largo de la isla. Representa una falla sistémica que requiere una intervención inmediata y eficaz. La comunidad cubana, tanto dentro como fuera del país, debe unirse para encontrar soluciones y apoyar a aquellos que más lo necesitan, recordando que la verdadera medida de una sociedad es cómo trata a sus miembros más vulnerables.
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