A partir de este jueves se podrán llevar a cabo las demandas contra empresas multinacionales que operan en terrenos o inmuebles expropiados en Cuba después del triunfo de la Revolución de 1959.
Tal y como explica El Diari.es, “los ciudadanos estadounidenses (gran parte de origen cubano) que vieron confiscadas sus propiedades en Cuba tras la revolución comunista podrán demandar en tribunales del país norteamericano a cualquier empresa extranjera que se beneficie de ellas, en virtud de la activación del Título III de la ley Helms-Burton de 1996”.
“La Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, había advertido en diversas ocasiones que iba a dar este paso sin precedentes por parte de Washington, aunque había mantenido la intriga con diversas prórrogas a la suspensión del Título III”, aseguró el portal.
Fue el pasado 17 de abril cuando se anunció la inminente activación de los Títulos III y IV (este último impide la entrada a EE.UU. de los demandados por el anterior), los cuales habían sido suspendidos desde su promulgación por el rechazo de la Unión Europea (UE) y otros países con compañías que se podrían ver afectadas.
Entre ellas están, según el medio en cuestión, “las hoteleras españolas Meliá e Iberostar, y a otras europeas, canadienses, japonesas, rusas y chinas, que operan -generalmente en régimen de empresa mixta con corporaciones estatales cubanas- desde propiedades o terrenos que fueron nacionalizados en los primeros años de mandato de Fidel Castro”.
Aerolíneas como Lufthansa y Air France, y grandes corporaciones como la suiza Nestlé, la china Huawei y la japonesa Mitsubishi, también están en la cuerda floja.
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