La activista Yamilka Lafitta, conocida por su seudónimo de Lara Crofs, no cesa en su empeño de decir su verdad. En esta ocasión, dirige su voz a los estudiantes cubanos.
"No están solos. La soledad es una de las herramientas del miedo, y lo que ustedes están haciendo —resistir, hablar, denunciar— es profundamente valiente. Lo que ocurre hoy en las universidades cubanas es no solo indignante, sino profundamente doloroso.
"Jóvenes que apenas comienzan a ejercer su ciudadanía, a cuestionar el orden injusto que los oprime, a hacerse preguntas legítimas sobre el país en el que viven, están siendo acosados, vigilados, chantajeados y silenciados.
"¿Cuál es su crimen?... ¡Atreverse a pensar. Atreverse a disentir. Atreverse a ser honestos en un sistema que castiga la verdad!
" Más grave aún es el rol de algunos profesores —quienes deberían ser guías y defensores de la libertad de pensamiento— que han elegido callar o, peor aún, colaborar con el aparato represivo.
"Callar ante la represión no es neutralidad, es complicidad. El aula no puede ser una extensión de una sala de interrogatorio. El conocimiento no puede florecer donde impera el miedo.
" La función del docente es formar, no vigilar. Educar, no reprimir. Y sin embargo, vemos cómo algunos se convierten en verdugos de la conciencia crítica. La universidad, que debería ser un espacio para el pensamiento libre, se está convirtiendo en un campo de adiestramiento ideológico, donde se castiga al que se atreve a romper el molde.
"Estudiantes intimidados con la amenaza de ser expulsados, sancionados o vigilados solo por no repetir el discurso oficial. ¿Qué tipo de país teme tanto a sus propios jóvenes que necesita castigarlos por pensar? La represión no es fortaleza. La represión es miedo disfrazado de autoridad. Es el temor de un poder que sabe que no tiene legitimidad moral. Y ante ese poder, la conciencia libre de ustedes vale más que todas las consignas impuestas.
"No puedo evitar recordar aquel 27 de noviembre, cuando la mayoría de mis amigos fue condenada al exilio simplemente por decir: '¡No más! Ustedes no nos representan.
" Hoy esa historia se repite en los pasillos universitarios, en los expedientes académicos manipulados, en los interrogatorios disfrazados de tutorías. Y por eso mi respeto profundo y mi solidaridad incondicional es para cada estudiante que resiste, que se planta, que no se deja domesticar por una doctrina que niega la libertad y castiga la conciencia.
"La historia no olvidará. La historia no recordará a los cobardes que protegieron sus privilegios traicionando a sus estudiantes ¡sino a ustedes!: los que se atrevieron a decir la verdad cuando la mentira era ley. ¡Sigan firmes. No están solos!", concluye la activista Lara Croff
A los estudiantes cubanos reprimidos por pensar diferente, por alzar la voz y defender su dignidad, no están solos.
Lo que está ocurriendo en las universidades cubanas es indignante y doloroso. Jóvenes que apenas empiezan a ejercer su ciudadanía, a cuestionar el orden injusto que los oprime, a intentar ejercer su derecho a discordar y alzar su voz, están siendo acosados, vigilados, chantajeados y silenciados por atreverse a pensar, a disentir, a ser honestos.
Más grave aún es ver cómo algunos profesores, llamados a formar, a guiar, a defender la libertad de pensamiento, se han vuelto cómplices del poder con su silencio, su obediencia o su participación de cualquier tipo en el hostigamiento. Callar ante la represión no es neutralidad, es complicidad. El aula no puede convertirse en una extensión de una sala de interrogatorio.
Estudiantes intimidados, con sus vidas académicas o con cualquier tipo de medida represiva, por el simple hecho de no repetir el discurso oficial. ¿Qué tipo de país teme tanto a sus propios jóvenes que necesita castigarlos por pensar? No tengo forma de no volver a recordarme de aquel 27N donde la mayoría de mis amigos fueron condenados al exilio por el único delito de decir NO MÁS, ustedes no nos representan.
Mi respeto profundo y solidaridad incondicional con cada estudiante que hoy está resistiendo como pueda. Con cada joven que se planta, que no acepta ser moldeado por una doctrina que niega la libertad y castiga la conciencia. La historia los recordará a ustedes, no a los cobardes que prefirieron proteger sus puestos y sus privilegios a costa de la verdad.
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