El precio del dólar en Cuba ha continuado su imparable escalada durante julio, subiendo siete pesos cubanos (CUP) y alcanzando los 392 CUP en el mercado informal, según los datos recopilados por El Toque.
Esta tendencia coloca al dólar a solo ocho pesos de una cifra simbólica: los 400 CUP. Si la trayectoria actual se mantiene, ese umbral podría superarse antes de que termine el verano, confirmando la creciente desvalorización del peso cubano frente a las principales divisas del mundo.
El euro se cotiza ya en 440 CUP, mientras que el MLC marca 220 CUP. El dólar canadiense está en 261 CUP y el peso mexicano en 20.5 CUP. Estos valores dejan aún más en evidencia la brecha entre el mercado informal y la tasa oficial, que permanece fijada por el Estado en 1 USD por 120 CUP, y en algunos casos extremos, como Etecsa, en apenas 25 CUP.
La desconexión entre la tasa oficial y la economía real no solo genera distorsiones cambiarias, sino que agrava el empobrecimiento de la población. Un trabajador que gana el salario mínimo de 2.100 CUP recibe el equivalente a apenas cinco dólares al mes, una cifra insostenible en cualquier contexto económico, pero especialmente devastadora en un país marcado por la inflación, el desabastecimiento y la dependencia de remesas extranjeras.
Frente a este panorama, el primer ministro Manuel Marrero anunció que en el segundo semestre de 2025 se pondrá en marcha una tasa de cambio flotante que variará diariamente. Esta medida busca que la oferta y demanda determinen el valor del dólar, en lugar de continuar con el sistema fijo impuesto por el Estado. Sin embargo, las dudas abundan.
"Sin reservas internacionales robustas ni credibilidad institucional, la implementación de una tasa flotante podría aumentar aún más la especulación y el caos cambiario." La confianza en las autoridades financieras es baja y las reformas, aunque necesarias, llegan en un contexto de máxima fragilidad.
A esto se suma el intento de reducir la masa monetaria en circulación —que creció 13.9% interanualmente— mediante un programa de bancarización que ya alcanza a seis millones de cubanos. Sin embargo, la escasez de productos y la preferencia por el efectivo entre los actores privados dificultan esta transición.
El escenario económico cubano se vuelve cada vez más incierto. Si el dólar supera los 400 CUP en las próximas semanas, marcará un nuevo hito en la descomposición del sistema financiero cubano y una señal clara de que el control estatal está perdiendo la batalla frente a la realidad del mercado.
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