Apenas cinco días después de su apertura, el mercado “El Hueco”, en Ciego de Ávila, es ya el retrato fiel del desengaño cubano. Anunciado con bombos y platillos como parte de las celebraciones del 26 de julio, este espacio fue inaugurado con estantes llenos y alimentos al alcance de la población, en un aparente gesto de prosperidad. Pero la farsa duró poco: hoy, sus góndolas están prácticamente vacías. Lo que se vendió como una mejora en la distribución alimentaria resultó ser, una vez más, una puesta en escena diseñada para encubrir la realidad.
"Como en cada fecha patriótica, el régimen recurre a su libreto más viejo: simular abundancia mientras oculta la miseria estructural que vive el país día tras día. La población, sin embargo, ya no cae en la trampa. La escasez volvió antes de que se apagaran los fuegos artificiales."
El periodista exiliado Guillermo Rodríguez Sánchez retrató la escena con amarga ironía: “Condeno con energía al imperio macabro y feroz que con su implacable bloqueo provoca abundancia en fechas selectas y desabastecimiento cuando se alejan”.
Su denuncia no solo evidencia el cinismo detrás del relato oficial, sino también la desesperación de una ciudadanía cansada de montajes y simulacros.
Las críticas no se hicieron esperar en redes sociales: “Eso es parte de la obra de teatro”; “No es la primera vez que pasa, lo sabemos todos”; “En toda Cuba ocurre lo mismo cuando viene una visita del gobierno”. Comentarios como estos reflejan un consenso nacional: el pueblo conoce la mentira y ya no la compra.
Mientras tanto, en las tiendas en dólares, manejadas por empresas extranjeras como Vima —que reportó ingresos de 49 millones de euros solo en Cuba durante 2024—, la mercancía fluye sin restricciones. Es una paradoja dolorosa: la comida está, pero no para quienes viven con salarios en pesos cubanos. El modelo económico del régimen no solo es disfuncional, sino también excluyente.
A esta farsa se suma el colapso energético. El mismo día en que se denuncia el desabastecimiento del nuevo mercado, el gobierno anuncia cortes eléctricos masivos, alegando que no hay suficiente producción para cubrir la demanda nacional.
“Todo se desmorona apenas se apagan las cámaras oficiales. El 26 de julio fue, como tantas otras veces, un decorado de cartón piedra, sostenido por mentiras, y barrido por la realidad en menos de una semana.”
El pueblo cubano sigue resistiendo no solo la escasez y los apagones, sino la manipulación constante de un gobierno que juega con las esperanzas de millones. Cada inauguración temporal, cada mercado de utilería, cada estante improvisado, no hace más que subrayar el fracaso estructural de un sistema que ha perdido el control, la credibilidad y el respeto de su gente.
Nuevo choque entre moto y “guagua negra” en La Habana obliga a extremar precaución(video)
Hace 1 día