Las autoridades cubanas han reconocido sin ambages la extrema gravedad de la situación económica actual. En las sesiones más recientes de la Asamblea Nacional, se admitió que el país atraviesa una etapa de “supervivencia”, con una economía en condiciones críticas y una urgente necesidad de captar divisas.
La escasez de reservas internacionales, la inflación persistente, el bajo rendimiento del turismo y un mercado interno deprimido han obligado al gobierno a implementar cambios profundos en su política económica.
Uno de los anuncios más destacados es la autorización para realizar pagos en divisas a productores seleccionados y a trabajadores clave del sector estatal. Esta medida, según el primer ministro Manuel Marrero, busca incentivar a quienes logren exportar o sustituir importaciones, permitiéndoles acceder a recursos que mejoren su capacidad productiva.
A pesar de que no se han publicado aún los detalles concretos, se espera que en los próximos meses el Ministerio de Economía y el Banco Central definan los montos y mecanismos de pago. Además, se contemplan gratificaciones en divisas a empleados de empresas estatales estratégicas o con participación extranjera.
"El gobierno parece dispuesto a flexibilizar viejas restricciones para evitar un colapso inminente", afirmó Marrero, subrayando que estas decisiones son de carácter temporal, pero imprescindibles.
Aunque oficialmente se mantiene el discurso de avanzar hacia una futura “desdolarización”, las nuevas medidas revelan una clara apertura al uso del dólar y otras monedas extranjeras en sectores clave.
En paralelo, se han anunciado incentivos más agresivos para la inversión extranjera. Por primera vez, se permitirá que empresas 100 % foráneas operen instalaciones turísticas mediante contratos de arrendamiento, sin ceder propiedad sobre la infraestructura. También se acelerarán los trámites y se ofrecerán beneficios fiscales para atraer capital en sectores estratégicos.
Otro eje central del nuevo paquete económico son las remesas. El gobierno trabaja en una tasa de cambio específica para estos envíos, así como en mecanismos que ofrezcan más formas de recepción y capten un mayor volumen de este flujo financiero. Aunque aún no se han dado detalles, la apertura de un banco ruso en La Habana en 2024 sugiere que Cuba continuará buscando vías alternativas para sortear las restricciones del sistema financiero occidental.
"La captación de divisas es hoy el pilar fundamental del plan económico nacional", concluyó Marrero, dejando claro que la prioridad del gobierno cubano es sostener lo poco que queda en pie.
Nuevo choque entre moto y “guagua negra” en La Habana obliga a extremar precaución(video)
Hace 1 día