El sector privado en Cuba alcanzó un récord histórico al representar el 55 % de las ventas minoristas en 2024, superando por primera vez al estatal, según datos de la Oficina Nacional de Estadística. En 2023, esta cifra era del 44 %, lo que evidencia un crecimiento sostenido pese a las múltiples trabas regulatorias.
Esta transformación del panorama económico ocurre en un contexto de profunda crisis estructural, con escasez de productos básicos, apagones frecuentes e inflación elevada. Aun así, las pequeñas y medianas empresas privadas han logrado posicionarse como principales proveedoras de bienes y servicios para la población.
“El centro de gravedad del sistema económico se ha desplazado. El sector jurídicamente privado ha dejado de ser complementario y se ha convertido en el líder en volumen económico”, explicó a Martí Noticias el economista cubano Miguel Alejandro Hayes, residente en Miami.
No obstante, Hayes puntualizó que el sector sigue siendo estructuralmente complementario, al estar centrado en el comercio minorista y no en la producción de bienes esenciales. Además, continúa operando bajo una estricta supervisión estatal, con frecuentes cambios regulatorios, nuevas restricciones y un acceso limitado al comercio exterior.
Desde la Ofensiva Revolucionaria de 1968, que nacionalizó los últimos vestigios de la empresa privada en la Isla, no se había registrado un protagonismo económico tan marcado por parte de este sector. Sin embargo, Hayes aclaró que esto no implica una liberalización del sistema:
“No se puede entender como un retroceso del régimen. El Estado mantiene el control social y jurídico. Cualquier pyme puede desaparecer por decisión del aparato represivo”.
El gobernante Miguel Díaz-Canel ha reiterado que las empresas privadas solo existirán como complemento del modelo estatal y recientemente propuso integrar a las Mipymes comités de base del PCC y de la UJC, como parte de su estrategia de vigilancia ideológica.
Por su parte, el economista Omar Everleny Pérez señaló que el auge del sector privado también está impulsado por los precios:
“El sector estatal tiene precios subsidiados, pero no puede importar lo necesario. El privado es más caro, pero más flexible”.
A esto se suma la existencia de mercados informales donde se venden productos deficitarios a precios fuera del alcance del cubano promedio.
Para el opositor Librado Linares, del Movimiento Cubano Reflexión, el auge del sector privado responde a la fuerza del espíritu emprendedor:
“Aunque no son empresas privadas en el sentido pleno, porque operan bajo la tutela del Partido Comunista, el afán de maximizar utilidades genera mejores ofertas y marca una diferencia positiva para la sociedad cubana”.
El debate sobre el futuro del modelo económico cubano sigue abierto, pero los datos de 2024 confirman que, aun con restricciones, el sector privado se ha convertido en un actor clave para la subsistencia diaria en la Isla.