La cubana Elizabeth León, vecina de La Güinera, en La Habana, tiene tres hijos en prisiones del régimen por las protestas antigubernamentales acontecidas en Cuba hace un año, el 11 de julio de 2021.
La mujer, que recibió en su casa a un equipo de BBC, comentó que dos de ellos participaron en la manifestación y, además, respondieron con piedras a las agresiones de la policía -de igual modo con piedras y balas de goma.
El tercero de sus hijos, explicó López, se encontraba durmiendo cuando los agentes de la dictadura irrumpieron a golpes en su domicilio.
Los tres fueron condenados por el régimen a entre seis y ocho años de cárcel por los delitos de sedición, desacato, entre otros.
"Le pusieron sedición a todo el mundo: al que miró, al que tiró una foto…", afirmó la mujer, al tiempo que denunció que los juicios fueron "un montaje" en el que solo se tomaron en cuenta los testimonios de los agentes.
Sin embargo, López alberga la esperanza de reunir nuevamente a su familia. "Nos hemos acercado a la fiscalía, al gobierno, entregando cartas para que se haga justicia", pero no han conseguido nada.
La organización Cubalex cree que muchos manifestantes del 11-J, en especial los de menos recursos, "fueron juzgados sin la presencia de un abogado y las sentencias se dictan de manera oral, lo que constituye una violación de las garantías del debido proceso".
Familiares de cubanos de La Güinera encarcelados por las protestas han compartido a AFP su dolor. Lo había hecho López, de 51 años, quien trabajaba como manicurista antes de que tres de sus cinco hijos cayeran en prisión.
"No doy más, no tengo nervios, no tengo vida, no tengo nada. Atendiendo a mis nietos porque no tengo ni puedo trabajar", dijo la mujer que se la pasa con su celular en la mano esperando llamadas desde la prisión.
"Cuando yo le digo a mi esposa que mi hijo estaba sancionado a 23 años, se derrumbó mi casa", enfatizó, por su parte, el cubano Wilbert Aguilar, uno de los familiares de los manifestantes de La Güinera encarcelados.
"Tuve que lavar, fregar, cocinar, porque mi mujer perdió los estribos", agregó Wilbert, que tuvo que asumir el cuidado de su nuera y dos nietas, de acuerdo con el reporte de la agencia francesa AFP.
Según la citada fuente, en La Güinera más de 100 familias se encuentran despedazadas por las condenas a quienes se manifestaron contra el régimen.
"Aguilar, trabajador independiente de 49 años, no quiere recordar el día de diciembre que enjuiciaron a su hijo Wagniel, de 22 años. Es uno de los 160 detenidos, de los cuales 133 siguen presos solo en este barrio, según Cubalex, ONG de derechos humanos con sede en Miami. Tras apelar, Wagniel cumple una sentencia de 12 años", apuntó AFP.
Asimismo, Aguilar refirió que en el barrio hay una "tristeza generalizada". Negó a la agencia que los manifestantes sean "contrarrevolucionarios. No les encontraron armas, su única arma era la voz".
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