Ser músico es una dura profesión, sobre todo, como aquellos de La Habana que amenizan los restaurantes y hoteles de la parte más antigua de la capital.
CubitaNOW busca dar voz a la cotidianidad de los cubanos aplastados por un sistema que no premia al desarrollo humano. En el siguiente caso este cantante (Alexis Saavedra) quedó sin empleo, por defenderse, por no quedarse callado ante lo que considera un atropello:
¿Cuántas veces has escuchado que los cubanos se hacen daño unos a otros en vez de luchar contra el verdadero culpable de todos sus males? ¿Recuerdan que les dije que me estaban haciendo una guerra de desgaste en el trabajo y no respondería preguntas?
Bueno llegó el momento de hacer pública las razones. El pasado 15 de febrero, los músicos del grupo Rumi tuvimos una "reunión" después del horario de trabajo, el director del grupo, que actualmente está convaleciente apareció como suele hacerlo
últimamente los sábados, para buscar su tajada del pastel.
El punto radica en que en vez de una reunión fue una especie de "linchamiento" por una curiosa razón. Ellos aluden, particularmente el percusionista, que yo no recaudo lo suficiente, que vendo pocos discos, inclusive tuvo la osadía de decir que en el grupo el que menos trabaja es el cantante...
Les aclaro algo, el grupo(rumi)al igual que todos los grupos del hotel Inglaterra, no vamos a trabajar por nuestro salario miserable...El hotel Inglaterra, según sus propias estadísticas vende alrededor de 4 millones de dólares al año, ¿saben cuál es el salario de un músico mensual?: de sólo $33 cuc al mes. ¡Nosotros vivimos de la mendicidad!
Eso significa que todos los días religiosamente tengo que salir, después de cada tanda o cada presentación, con una cesta a mendigarle al turista una propina, algunos, aportan otros me rechazan, otros me hacen gestos de desprecio y saben ¿por qué?
Ellos no entienden que un hotel que genera tantas riquezas me pague una miseria, ellos no asimilan que nosotros seamos tan carneros, seudo-esclavos, etc.
¡Yo sé que después de
éstas declaraciones mi despido será casi automático, pero me importa un carajo!
Si el salario miserable fuera la única ofensa, yo estaría indignado y nada más.
Pero lo que me encojo… más es que de la propina (producto de la mendicidad) hay que sacar dinero para el resto de los trabajadores que no la reciben...si tuviéramos un salario digno, no importaría repartir ésa propina; pero recibir a diario esos maltratos, ¡no puedo!
Sé que mis días están contados allí. ¡Los músicos no se revelan porque están atados de pies y manos, pero lo más doloroso es que me ofenden con su postura sumisa en vez de enfrentar al verdadero culpable de sus bajos ingresos!
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