Cuando el orgullo de toda Cuba, está en una sola mujer… cuando la vergüenza se lava con la decisión y el coraje de una fémina, no me decido en un título para este artículo, los pongo a su apreciación y hablo de Anamely Ramos González.
Una cubana, de cuerpo frágil y de convicciones de acero, pueden cuestionarse detalles del Movimiento San Isidro pero la actitud de esta joven es lo más decente que puede verse hoy en La Habana.
La exprofesora del Instituto Superior de Arte y estudiante de doctorado de la Universidad Iberoamericana, estuvo en huelga de hambre en la barriada de San Isidro y tras el desalojo hizo público su sentir.
La cubana demostró en directo cómo la vigilaba un grupo de la seguridad de estado y explicó los hechos:
“entraron a la fuerza, y si fuera por covid, a nosotros no nos hicieron ninguna prueba… son procesos evidentemente políticos, como si uno fuera estúpido”, dice en la directa.
La cubana continúa explicando que la dejaron en su casa bajo vigilancia constante por varios de los propios agentes que participaron en el desalojo.
“Esta sociedad no puede seguirse construyendo desde un poquito de gente, que invalida los derechos de los demás”, señala.
En su última publicación la cubana advierte que se niega a vivir en un país donde inventan mentiras para justificar sus ilegales: “me niego a que pasen por encima de mí así”, dice en las imágenes la cubana cuando se enfrenta a los agentes y es detenida.
Al momento de la redacción de esta nota, se desconoce su paradero.
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