Rusia ha retirado a las tropas norcoreanas del frente de batalla en Ucrania después de sufrir considerables bajas, según fuentes estadounidenses y ucranianas citadas por el New York Times. El Kremlin no ha comentado oficialmente sobre esta información.
En noviembre de 2024, unos 12.000 soldados norcoreanos fueron enviados a Rusia para reforzar las fuerzas rusas en la región de Kursk, donde las tropas ucranianas estaban llevando a cabo una ofensiva. Este movimiento fue inicialmente visto como una escalada significativa en el conflicto, que ya llevaba casi tres años en curso. Sin embargo, en solo tres meses, el número de tropas norcoreanas en el frente se redujo considerablemente debido a las grandes pérdidas que sufrieron, revelaron funcionarios ucranianos.
Según Oleksandr Syrsky, comandante en jefe de las fuerzas armadas de Ucrania, las fuerzas norcoreanas, descritas como "guerreros feroces", fueron incapaces de adaptarse a las condiciones del combate y a la estructura del ejército ruso. La desorganización en sus filas y la falta de coordinación con las fuerzas rusas resultaron en bajas masivas.
Desde su llegada a Kursk, las tropas norcoreanas se encontraron en una situación de abandono, avanzando sin apenas apoyo y a menudo sin la capacidad de reagruparse bajo el fuego enemigo. A pesar de contar con algunos vehículos blindados, la falta de cohesión entre las unidades dificultó aún más su posición en el campo de batalla.
De acuerdo con las fuentes ucranianas, de los 12.000 soldados enviados, aproximadamente 4.000 han muerto o resultaron heridos en combate. Las fuerzas norcoreanas emplearon tácticas brutales, como ataques frontales masivos y el uso de granadas para evitar la captura. Algunos soldados también actuaron como señuelos para desactivar drones enemigos, según informes de inteligencia surcoreanos.
Un testimonio revelador, proveniente de un soldado norcoreano abatido en combate, expresó las palabras "General Kim Jong-un", lo que refleja la extrema lealtad al régimen, al punto de preferir la muerte antes que la captura por las tropas ucranianas.
Los soldados norcoreanos, aunque jóvenes y bien entrenados, adaptaron sus estrategias a las condiciones del terreno. Para moverse más rápidamente, eliminaron las placas de sus chalecos y cascos, y emplearon trayectorias indirectas para evitar los drones ucranianos, además de colocar minas antitanque en su avance. Sin embargo, estas tácticas no fueron suficientes para cambiar el curso de los enfrentamientos, y la retirada de las tropas norcoreanas fue inevitable.
(Con información de "ANSA")
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