En plena crisis alimentaria y energética, el Gobierno cubano ha cerrado un acuerdo con Colombia para importar más de 1.400 toneladas anuales de arroz procedentes del departamento del Tolima. La alianza, anunciada este miércoles por la presidencia colombiana, involucra a 4.968 pequeños productores de esa región, quienes recibirán pagos por cerca de 1,5 millones de dólares por las ventas del cereal.
El convenio es calificado por el Gobierno de Gustavo Petro como un "acuerdo comercial histórico", ya que permite exportaciones sin intermediarios y con precios fijados directamente con los campesinos. “Este logro materializa la estrategia nacional de compras públicas locales y consolida la apuesta del Estado por una comercialización justa, directa y sin intermediarios”, señaló el comunicado oficial.
Además de las 1.404 toneladas destinadas a Cuba, se exportarán otras 240 para programas sociales internos en Colombia. Las ventas están coordinadas por la Corporación para el Desarrollo Agropecuario, Industrial y Ambiental de las Asociaciones de Usuarios de los Distritos de Riego del Tolima (CoagroDistritos), en articulación con la estatal Agencia de Desarrollo Rural (ADR) y la Federación Baluarte Gran Sabana, que se encargará de la logísti
“Estamos avanzando como lo ha propuesto el presidente Petro: comprando directamente a los productores, con precios justos y rumbo a la exportación. Así garantizamos rentabilidad, fortalecemos la soberanía alimentaria y llevamos el arroz hasta mercados internacionales como Cuba”, declaró César Pachón Achury, presidente de la ADR.
La compra de arroz colombiano por parte de Cuba ocurre en un momento crítico para la isla, donde las góndolas vacías, la falta de divisas y los problemas estructurales en la producción agrícola local impiden garantizar el abastecimiento básico de alimentos. En ese contexto, Colombia busca posicionarse como un proveedor confiable de alimentos para el régimen cubano.
Sin embargo, este anuncio contrasta con la reciente crisis que atraviesa el sector arrocero colombiano. Apenas en marzo pasado, los productores protagonizaron una huelga de nueve días en varias regiones del país, incluyendo Tolima, en protesta por los bajos precios y las importaciones que afectan su rentabilidad.
Aunque el acuerdo representa un alivio económico para los campesinos involucrados, las causas estructurales que provocaron las movilizaciones siguen latentes. Aun así, el gobierno colombiano insiste en que alianzas como esta representan una oportunidad para estabilizar al sector agrícola y abrir nuevos mercados a los pequeños productores.
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