El restaurante Woow!, de cocina cubano-italiana y ubicado en una transitada esquina del Vedado habanero —frente al hotel Habana Libre—, está bajo la administración conjunta del empresario italiano Fabrizio Liacobetti y miembros de la familia de Carlos Lage Dávila, exvicepresidente del Consejo de Estado y figura clave en el gobierno de Fidel Castro hasta su destitución en 2009.
Aunque el negocio no aparece formalmente registrado a nombre de ninguno de ellos, la vinculación ha sido confirmada por el medio independiente CubaNet, que también investigó otro restaurante en La Habana Vieja, Now, situado en la calle Obispo. En redes sociales, este último ha sido presentado como el cuarto emprendimiento de Cristina Lage Codorniú, hija menor de Lage Dávila, aunque CubaNet aclara que no ha podido verificar este dato de forma concluyente.
Fuentes citadas por el medio apuntan a que Now también estaría gestionado por Liacobetti, quien mantendría una relación cercana con la familia Lage y se perfila como una figura recurrente en sus actividades empresariales.
De los negocios vinculados a Cristina Lage, solo uno —Sensacioones!, ubicado en el municipio Playa— aparece legalmente a su nombre, según registros disponibles. Sin embargo, tanto Woow! como Food!, un servicio de entregas a domicilio con base en el barrio de Nuevo Vedado (donde presuntamente reside la familia), también han sido asociados a ella. Ninguno de estos últimos aparece en registros públicos accesibles, aunque son promocionados con frecuencia por el sommelier y mixólogo Orlando Alian Rodríguez Leyva, esposo de Cristina desde 2017, quien además trabaja en Woow!.
Los vínculos de la familia Lage con el sector privado en Cuba no han pasado desapercibidos, sobre todo por el peso político que tuvo Carlos Lage Dávila en los años de mayor centralización del régimen. Según CubaNet, su actual estilo de vida podría estar respaldado por acuerdos informales posteriores a su salida del poder, en una dinámica opaca que, como ocurre con otros altos exfuncionarios, nunca ha sido esclarecida públicamente.
La participación empresarial de Cristina se desarrolla en un contexto marcado por severas restricciones para los emprendedores comunes, lo que contrasta con el acceso privilegiado que ella parece tener a un sector donde la competencia es mínima y el capital inicial, una barrera insalvable para la mayoría de los cubanos. Sus restaurantes y servicios se dirigen principalmente a extranjeros y a una élite local con poder adquisitivo.
Por su parte, su hermano Carlos Lage Codorniú desempeña actualmente funciones como consultor y analista principal del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Anteriormente trabajó con la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI), participando en proyectos vinculados al impulso de mipymes y a esquemas de financiamiento del sector privado en la Isla. Además, ha colaborado con el Banco Central de Cuba y es profesor auxiliar en la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana.
Aunque no hay pruebas que demuestren un enlace directo entre el rol de Carlos Lage Codorniú en organizaciones internacionales y el crecimiento de los negocios de su hermana, la coincidencia de trayectorias y oportunidades en un país con severas restricciones económicas plantea interrogantes que siguen sin respuesta.
Cristina Lage, además, es abogada especializada en propiedad intelectual y ha desarrollado estudios sobre derechos de autor en la industria gastronómica. Su perfil evidencia una combinación poco común en el entorno empresarial cubano: formación profesional, acceso a capital y conexiones familiares con el poder, elementos que le han permitido consolidarse en un sector altamente restringido para el ciudadano promedio.
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