Sudán del Sur confirmó este martes que ocho hombres deportados recientemente por el gobierno de Estados Unidos, entre ellos dos ciudadanos cubanos, se encuentran bajo custodia de las autoridades en Juba, capital de ese país africano. La noticia ha generado controversia debido a las condiciones políticas y de seguridad en la nación receptora, así como a la procedencia y antecedentes de los migrantes.
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Sudán del Sur, los ocho individuos llegaron el pasado sábado al Aeropuerto Internacional de Juba en un vuelo coordinado con el gobierno estadounidense, tras haber permanecido más de un mes retenidos en una base militar en Yibuti. La portavoz de la cancillería, Apuk Ayuel, explicó que los hombres están “bajo evaluación” por las autoridades y que se les garantiza “su seguridad y bienestar”, aunque no precisó su ubicación actual.
Los deportados —provenientes de Cuba, Laos, México, Myanmar, Sudán y Vietnam— forman parte de un polémico proceso legal que escaló hasta la Corte Suprema de Estados Unidos. La decisión final del máximo tribunal permitió al gobierno proceder con su expulsión pese a los recursos legales interpuestos por sus abogados, quienes argumentaban que el retorno a un “tercer país” como Sudán del Sur podría violar sus derechos constitucionales por exponerlos a tratos crueles o inusuales.
Desde Washington, se indicó que los hombres habían sido condenados por delitos violentos y que, al no poder ser repatriados a sus países de origen por diversas razones diplomáticas o de seguridad, se optó por su envío a Sudán del Sur como parte de un acuerdo de cooperación. El gobierno sursudanés, por su parte, declaró haber aceptado recibirlos “como un gesto de buena voluntad”.
Los dos cubanos deportados, Arias-Hierro y Rodríguez Quiñones, habían sido condenados por crímenes violentos en Estados Unidos y ya contaban con órdenes finales de deportación. Según el Departamento de Seguridad Nacional, ambos representaban una amenaza a la seguridad pública.
Fuente: AP