El portal oficialista Cubadebate ha vuelto a desviar la atención de los verdaderos responsables del colapso económico cubano al reproducir un artículo de TeleSur que acusa, sin pruebas serias, al medio independiente El Toque de manipular la tasa de cambio del dólar en Cuba. Según esta narrativa, El Toque “influye” en el mercado informal de divisas, provocando la depreciación del peso cubano. La acusación, además de absurda, revela el intento del régimen de encontrar culpables externos mientras evade las causas estructurales de su desastre económico.
Fundado en 2014, El Toque publica diariamente una Tasa Representativa del Mercado Informal (TRMI), que no es más que el resultado del análisis de miles de anuncios públicos en redes sociales y plataformas de compraventa como Revolico. Se trata de un indicador, no de una directriz ni de un sistema de fijación. El Toque no impone precios, simplemente los reporta. Lo que hace es documentar lo que ya está ocurriendo en el mercado informal, donde millones de cubanos se ven obligados a operar ante la ineficiencia del sistema estatal.
La comparación que hace Cubadebate con el caso venezolano —citando el caso de DolarToday— es falaz. En Venezuela hubo evidencia de manipulación artificial de tasas para generar pánico cambiario. En cambio, El Toque ha sido transparente sobre su metodología: un algoritmo basado en inteligencia artificial identifica y calcula la mediana de precios publicados en tiempo real. Ninguna autoridad cubana ha demostrado que estos datos sean falsos o inflados.
Lo más grave de la acusación no es su falsedad, sino el hecho de que el artículo de Cubadebate evita toda mención a los factores reales que han llevado al peso cubano a una devaluación sin precedentes. ¿Por qué el dólar sobrepasa los 385 CUP? No es porque un sitio lo diga, sino porque el modelo económico cubano es insostenible.
La economía de la isla se hunde bajo el peso de su propia inoperancia. El Estado imprime dinero sin respaldo para cubrir un déficit fiscal gigantesco, alimentando una inflación que pulveriza el poder adquisitivo. No hay producción nacional suficiente, ni inversión extranjera, ni confianza en el sistema bancario. A eso se suma un endeudamiento externo impagable y la ausencia de reformas estructurales.
El Banco Central de Cuba ni siquiera publica cifras confiables o actualizadas del mercado oficial, mientras el mercado informal se convierte en la única referencia que tiene valor real para los cubanos de a pie. ¿Cómo no va a ganar relevancia una plataforma como El Toque, si es el único canal que informa con cierta precisión sobre cuánto vale realmente el dinero que tienen en los bolsillos?
Culpar a El Toque por reflejar el valor del dólar es como culpar al termómetro por la fiebre. La TRMI no crea el caos económico; lo documenta. La falta de transparencia del régimen y su negativa a reconocer los errores del sistema socialista centralizado son los verdaderos motores de la crisis.
Además, la acusación de “guerra económica” y financiamiento extranjero es una estrategia agotada. Todo medio crítico o independiente, dentro o fuera de Cuba, es tildado de agente del imperialismo. Con ese mismo discurso se ha justificado la represión, la censura y el fracaso económico durante más de seis décadas.
Mientras el gobierno cubano gasta recursos en campañas de difamación, los ciudadanos siguen sin acceso a alimentos básicos, medicinas o transporte. La descomposición del sistema no necesita enemigos externos: basta con el control absoluto del Partido Comunista sobre todos los sectores productivos.
Culpar a El Toque por el alza del dólar solo confirma la desesperación de un sistema que ha perdido toda legitimidad. El colapso del peso no es obra de un portal digital, sino el reflejo de una economía sin rumbo, que lleva años ignorando las advertencias y apostando por el control y la propaganda en lugar de la eficiencia y la verdad.
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