Mientras la represión del gobierno cubano se sigue extendiendo a lo largo y ancho del archipiélago, el artista cubano Hamlet Lavastida cumple casi un mes detenido y aunque no participó en los sucesos del 11 de julio, porque ya estaba en la cárcel, según sus amigos la seguridad del estado también quiere achacarle responsabilidad sobre ellos.
Como advierte la periodista Mónica Baró, “Lavastida lleva 24 días preso en Villa Marista bajo investigación por una idea que dejó en un chat privado de marcar billetes con símbolos políticos de la disidencia. La idea nunca se practicó. Ahora también le quieren culpar del 11J”.
“A Hamlet le están jodiendo su vida por una paranoia estúpida”, señala amargamente la escritora Katherine Bisquet Rodríguez, quien coloca una imagen del pequeño hijo del artista reclamando su libertad.
“Ya yo no duermo. Ya muchos de nosotros estamos rotos. Tal vez muchos de ustedes puedan salir de sus casas, tomarse un café, ir a visitar a un amigo, hacer una vida. Yo y otras mujeres llevamos 28 días sitiadas por la policía política. Hamlet Lavastida lleva 24 días preso en Villa Marista bajo un
proceso de investigación absurdo por un cargo que no es ni el cargo real que se le imputa. Lanzan acusaciones de que Aga Grątkiewicz, la madre del hijo de Hamlet, es agente de la inteligencia polaca. Como si nacer en el Bloque del Este ya te acuñase el logo de la resistencia, cualquier resistencia, que venciera esos regímenes socialistas. Creen que Hamlet viene con instrucciones para deshabilitar el gobierno y acabar con el comunismo en Cuba”, cuenta Bisquet Rodríguez.