México enfrenta una crisis sin precedentes tras la implementación de las políticas migratorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Miles de migrantes que intentaban cruzar hacia territorio estadounidense han quedado varados en México, sin opciones claras para continuar su viaje y sin recursos para retornar a sus países de origen, lo que está generando una compleja situación.
Los albergues en Tapachula y otras zonas fronterizas se encuentran desbordados. Telemundo informó que estas instituciones reciben a migrantes deportados o en tránsito, sin suficiente respaldo gubernamental.
La Iglesia católica en Tapachula ha expresado su preocupación ante la falta de apoyo del gobierno mexicano para atender a estas personas. Pese a las limitaciones de recursos, continúan auxiliando a los migrantes que buscan regresar voluntariamente a sus países.
El endurecimiento de la política migratoria estadounidense ha provocado un aumento en las deportaciones y la cancelación de programas que facilitaban el ingreso legal de migrantes.
Entre las medidas adoptadas está la eliminación de la aplicación CBP One ( una herramienta que permitía solicitar asilo desde México), el incremento de deportaciones y el despliegue de miles de militares en la frontera para impedir el ingreso de personas indocumentadas.
Ante este escenario, muchos migrantes han desistido de su intención de llegar a Estados Unidos y optan por regresar a sus países. En los albergues, se estima que al menos un 40% de los residentes están en proceso de retorno. La mayoría son provenientes de Honduras, El Salvador, Colombia y Venezuela.
El gobierno de México también ha reforzado sus controles migratorios. La presidenta Claudia Sheinbaum ordenó el despliegue de 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte tras una conversación con Trump, en un esfuerzo por contener el flujo migratorio y evitar sanciones comerciales contra el país azteca.
Esta situación ha generado desesperación entre los migrantes, en particular los venezolanos, quienes se han visto afectados por la eliminación del Estatus de Protección Temporal (TPS) y la desaparición de CBP One.
Muchos de ellos han cruzado selvas y atravesado peligrosas rutas durante semanas para llegar a México, solo para encontrarse con una frontera cerrada y sin posibilidades de avanzar por el riesgo de ser deportados a un tercer país, o incluso de terminar en una cárcel.
Los albergues en la frontera intentan prepararse para recibir a los deportados, pero la falta de financiamiento los deja en una situación crítica. Algunos migrantes prefieren vivir en las calles que ingresar a los refugios, ante la presencia de autoridades que supervisan estos centros.
La incertidumbre sigue creciendo entre la población migrante en México. Las soluciones inmediatas no llegan y la crisis se agrava, dejando a miles de personas en un limbo sin opciones viables para su futuro.
Las nacionalidades más afectadas por las nuevas políticas migratorias de Trump incluyen a migrantes de Honduras, El Salvador, Colombia, Venezuela, Cuba, Haití y Nicaragua. Estos grupos enfrentan mayores dificultades para ingresar a Estados Unidos debido a la eliminación del parole humanitario y otras medidas restrictivas.
Atención: ¡Choque múltiple por tormenta de nieve en autopista cercana a Portland, Oregon!
Hace 1 día
Migrantes varados en Centroamérica piden que les permitan regresar a sus países de origen
Hace 1 día