La historia de Subramanyam “Subu” Vedam parece sacada de una novela de injusticias sin fin. Tras pasar 43 años en prisión por un asesinato que no cometió, la mañana del 3 de octubre de 2025 Vedam finalmente recuperó su libertad en Pensilvania, Estados Unidos.
Su exoneración fue histórica: un tribunal determinó que la fiscalía había ocultado pruebas clave que habrían desmontado la acusación inicial. Entre ellas, un informe del FBI y notas manuscritas que demostraban que la herida de bala era incompatible con la pistola de calibre .25 supuestamente usada en el crimen.
Sin embargo, lo que debería haber sido un momento de felicidad y reencuentro familiar se convirtió en otra pesadilla. Minutos después de salir de la prisión estatal de Huntingdon, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) lo detuvieron para ejecutar una antigua orden de deportación. Esta orden estaba vinculada a un caso de drogas de hace décadas, cuando Vedam tenía solo 19 años, y nunca había representado una amenaza real para la sociedad.
La familia de Vedam quedó consternada. “Están conmocionados por la posibilidad de que lo envíen a un país que no conoce”, explicó el portavoz Mike Truppa. Subu nació en India, pero llegó a Estados Unidos a los nueve meses y toda su vida familiar ha transcurrido en suelo estadounidense y canadiense. Para sus seres queridos, una deportación sería devastadora, prolongando el daño causado por la condena injusta.
Durante su encarcelamiento, Vedam transformó la adversidad en servicio. Fue profesor y tutor de cientos de internos, recaudó fondos para Big Brothers Big Sisters, completó múltiples títulos académicos por correspondencia e incluso se convirtió en la primera persona en 150 años del penal en obtener una maestría con promedio perfecto de 4.0. Su historia es un testimonio de resiliencia y dedicación, un ejemplo de cómo alguien puede usar incluso la injusticia más cruel para ayudar a los demás.
Actualmente, su destino depende de la corte de inmigración: si se reabre su caso y se concede la suspensión de la deportación, Vedam podría enfrentar el proceso en libertad; si no, ICE continuará con la deportación. Tras 43 años privado de libertad, la verdadera justicia para Subu sería permitirle finalmente reunirse con su familia en Estados Unidos, donde siempre ha pertenecido.
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