El caso que estremeció al sur de la Florida en 2022 finalmente llegó a su desenlace judicial. Jorge Morales de 48 años, padre del pequeño Jorge Morales Jr., aceptó un acuerdo de culpabilidad por el secuestro de su hijo de entonces seis años, un menor con trastorno del espectro autista.
El hombre fue condenado a siete años de prisión y 10 años de libertad condicional, además de la orden estricta de mantenerse alejado del niño y someterse a tratamiento psicológico.
El secuestro ocurrió el 27 de agosto de 2022, cuando Morales se llevó al menor del hogar de su madre Yanet Leal en Miami-Dade, y cruzó ilegalmente la frontera hacia Canadá con la ayuda de la abuela paterna, Liliam Peña Morales, de 68 años.
El suceso generó una intensa búsqueda internacional que mantuvo en vilo a las autoridades y a la comunidad hispana del sur de Florida durante más de dos meses.
La Patrulla Fronteriza halló la camioneta del hombre abandonada en Maine y semanas después, la Real Policía Montada de Canadá localizó al niño en un Walmart de Moncton, Nuevo Brunswick, gracias a la alerta de un testigo que reconoció al pequeño.
El rescate fue calificado como “milagroso”, pero dejó profundas secuelas emocionales en el menor y en su madre.
Durante la audiencia, Leal expresó con voz quebrada que su hijo “ya no confía, ni duerme igual”. Desde el secuestro, el niño experimenta ataques de ansiedad y temor a ser separado nuevamente de su madre. “Él pensaba que iba de vacaciones, pero pronto entendió que lo habían arrancado de su hogar. Hoy, sigue preguntando si su papá volverá a buscarlo”, compartió la mujer entre lágrimas.
Morales, quien permanecía detenido sin derecho a fianza desde noviembre de 2022, recibirá crédito por el tiempo ya cumplido. Además, enfrenta un caso pendiente por agresión agravada con arma mortal, lo que podría extender su estancia tras las rejas.
La abuela del niño fue sentenciada a 10 años de libertad condicional por su papel en la fuga.
El juez del caso Jason Block expresó su pesar por el daño psicológico causado al menor, deseando que “pueda encontrar paz y alegría en los años venideros”. Mientras tanto, Yanet Leal agradeció públicamente a las autoridades y a los ciudadanos canadienses cuya llamada permitió el rescate: “A esas personas que no dudaron en actuar, les debo la vida de mi hijo”.
Un cierre judicial, pero una herida emocional que aún sangra.
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