El reconocido barbero cubano Adonay Charon encendió las redes al mostrar, en su pectoral izquierdo, un tatuaje con la imagen del youtuber Alexander Otaola, radicado en Miami. El gesto, difundido en Instagram y TikTok, abrió una catarata de bromas, memes y debates entre seguidores de ambos y buena parte de la comunidad cubana en línea.
En el video, Charon exhibe el tatuaje y lanza un guiño provocador: “Espero que él quiera poner su firma”, dejando en el aire qué diría Otaola ante la inesperada “devoción”. La respuesta no tardó. Con su estilo punzante, el presentador comentó: “¡y se tiene que tatuar mi cara! O sea, esa t3t4 es mía… tengo mi propio pedazo en el cuerpo del barbero Adonay”, y fantaseó con que Charon luzca el diseño en Cuba: “Qué suerte tengo yo para que toda esta gente viva pensando en mí, caballero. ¡Besitos, Adonay… mira, cuando vayas a Cuba, porque tú eres de las mulas que va a Cuba, llevas una (camiseta) desmangada para creer en ti y que se vea todo ese mondongo y ese tatuaje!”.
Aunque no está claro si el tatuaje es temporal o permanente, el clip ya suma miles de reproducciones y un muestrario de reacciones: “Mejor te hubieses tatuado a Fidel”; “Increíble, involución humana”; “De ahí pa’ la laguna lo que vas es a nadar”; “A mí ya no me cabe duda que tú eres jevita, Adonay, y sal del closet, eso es normal”.
Para especialistas en comunicación digital, acciones así refuerzan la visibilidad de ambas marcas personales: un gesto íntimo se transforma en contenido replicable, útil para medir interacción, alcance y lealtad de audiencias. De momento, ni Charon ni Otaola sugieren que el cruce escale; el episodio se mantiene en la órbita de la ironía y la lógica de la viralidad.
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