La artista cubana Carmen Herrera, quien se volvió una sensación en el mundo del arte a los 89 años, falleció este fin de semana a los 106 años.
El diario The New York Times confirmó que Herrera murió en su casa en Manhattan el sábado.
La biografía de Carmen indica que nació en La Habana, en 1915 en una familia apegada a las letras, su madre era periodista y su padre fue uno de los editores fundadores del diario cubano El Mundo.
Herrera estudió arquitectura en una universidad de La Habana pero se nutrió de múltiples viajes a París y Nueva York donde terminó por establecerse al casarse con Jesse Lowenthal, un profesor de literatura en la secundaria Stuyvesant, a mediados de la década de 1950.
La obra de la cubana pasó desapercibida por más de 60 años, justo en 2004 vendió su primer cuadro, cuando tenía 89.
“La gente no estaba lista para recibir mi trabajo”, reconoció la propia artista en 2009, cuando en una entrevista para el diario The Observer de Londres le preguntaron: “¿Cómo pudimos perdernos estas hermosas composiciones?”.
En aquel momento recordó una anécdota de su pasado cuando un galerista de vanguardia en Nueva York le dijo: “Carmen, tú puedes pintar círculos alrededor de los hombres artistas que tengo, pero no te daré una exhibición porque eres una mujer”.
Pero Herrera admitiría después que al no ser reconocida pudo pintar a su gusto y sin necesidad de complacer a alguien en absoluto.
En julio de 2009, la galería IKON de Birmingham, Inglaterra, ofreció una exposición retrospectiva de su obra; exposición que se trasladó al Museo Pfalzgallerie de Kaiserslautern.
De acuerdo con la Galería Lisson con sede en Londres, Herrera fue “una maestra de las líneas marcadas y planos cromáticos contrastantes”.
Hoy su arte puede encontrarse en importante colecciones permanentes de sitios como el Museo Whitney de Arte Estadounidense en Nueva York y el Tate Modern en Londres. También está en el Museo Hirshhorn y el Museo Smithsonian de Arte Estadounidense en Washington, además del Centro de Arte Walker en Minneapolis.
De acuerdo con un artículo de la revista Tendencias del Mercado del Arte, Herrera “está considerada por la crítica una pionera de la Abstracción geométrica y del Modernismo Latinoamericano” y “sus obras tienen una precisión casi espiritual y recuerda la pintura de Barnett Newman. Su estilo es hard edge y sus pinturas forman parte del movimiento minimalista geométrico”.
En 2019 antes del inicio de la epidemia se expusieron cinco coloridas grandes piezas de aluminio de líneas rectas que formaban parte de la exhibición, titulada "Estructuras Monumentales" en pleno centro de Manhattan.
En una entrevista tras volverse reconocida le preguntaron por qué no abandonó la pintura cuando paso 60 años sin ser descubierta a lo que la artista contestó:
“Lo único que sé hacer bien es pintar, ¿por qué he de abandonar lo que me mantiene alerta y con deseos de enfrentarme a un nuevo día?. El éxito se vive así, viviendo la vida, sin desdeñar la obra de otros artistas y compartiendo lo que aún podemos crear con otros. Reconocida o no ¡qué suerte y qué dicha poder hacer lo que me apasiona!”.
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