A pesar de las declaraciones de la cónsul cubana en Veracruz, Elisa Martínez Martínez, quien aseguró que han aumentado las solicitudes de retorno a la isla, lo cierto es que la gran mayoría de los migrantes cubanos varados en México no desean regresar a su país. El deterioro económico, la falta de libertades y las políticas erráticas del régimen de Miguel Díaz-Canel continúan siendo factores determinantes para que muchos prefieran cualquier destino antes que volver a Cuba.
Las declaraciones de la funcionaria, publicadas en el diario mexicano La Jornada, coinciden con el reciente anuncio del gobierno de Claudia Sheinbaum sobre el inicio de un programa de repatriación de migrantes, entre ellos numerosos cubanos. Según Martínez, el endurecimiento de las políticas migratorias por parte del expresidente estadounidense Donald Trump ha motivado a algunos migrantes a "repensar su opción", y desde octubre de 2024, el consulado cubano en Veracruz estaría recibiendo un promedio de seis solicitudes de retorno diarias.
Sin embargo, esta cifra resulta ínfima si se compara con los miles de cubanos que han salido del país en los últimos años, escapando del colapso económico, la inflación descontrolada, los apagones constantes y la represión política. La mayoría de ellos mantienen su decisión de no regresar, a pesar de las difíciles condiciones a las que se enfrentan en su tránsito migratorio por países como México.
La propia cónsul reconoció que muchos migrantes prefieren quedarse en México o buscar otro destino, antes que regresar a la isla. Y no es para menos: en Cuba, les espera un panorama desolador, sin esperanzas reales de mejora. La carestía de alimentos, la escasez de medicamentos y la represión a la disidencia siguen marcando el día a día de millones de cubanos, lo que convierte cualquier alternativa en el extranjero en una opción más viable que el retorno.
Además, los migrantes cubanos enfrentan peligros constantes en su paso por México, como el secuestro, la extorsión y los asesinatos, según admitió la propia funcionaria. A pesar de ello, muchos prefieren arriesgarse a esos peligros antes que volver a un sistema del que huyeron por desesperación.
En este contexto, las declaraciones del régimen que pretenden mostrar un supuesto interés de los migrantes por regresar a Cuba resultan más bien un intento de maquillar la tragedia migratoria que atraviesa el país. No se trata de un "retorno voluntario" masivo, sino de casos aislados, forzados muchas veces por las circunstancias, y no por un deseo real de reintegrarse a un país que sigue sumido en la crisis.
Mientras no haya un verdadero cambio político, económico y social en Cuba, la mayoría de los emigrados seguirá optando por quedarse fuera, aunque sea en condiciones adversas, antes que volver a un país donde la esperanza está en fuga.
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