El ministro de Salud Pública de Cuba José Ángel Portal Miranda reconoció en la Asamblea Nacional que el sistema sanitario de la Isla está en estado crítico. Durante su intervención ante la Comisión de Salud y Deporte, el funcionario admitió que solo se dispone del 30% del cuadro básico de medicamentos, un dato alarmante que pone en evidencia el colapso de uno de los sectores que durante décadas fue presentado como un estandarte del sistema cubano.
El titular del MINSAP trazó un panorama sombrío: hospitales sin recursos, escasez crónica de insumos, fuga de profesionales, mortalidad infantil y materna en aumento, y una población desesperada que no encuentra medicamentos ni atención adecuada. Según sus propias palabras, “estos problemas no se resolverán de inmediato”, dejando claro que la recuperación no depende de voluntad política, sino de financiamiento externo.
“Reafirmamos nuestro compromiso de buscar soluciones… siempre que el financiamiento lo permita”, dijo, revelando una nueva lógica: la salud pública cubana ya no se basa en la equidad, sino en la disponibilidad de divisas.
Mientras los hospitales colapsan, el gobierno opta por priorizar la industria turística, con la esperanza de que algún día se convierta en el motor económico del país. Esta decisión deja al descubierto el abandono de sectores fundamentales, como el de la salud, que hoy sobrevive a duras penas gracias al esfuerzo del personal médico y la inventiva popular.
Portal Miranda evitó toda autocrítica al atribuir la debacle sanitaria al embargo estadounidense, sin reconocer errores de gestión interna ni deficiencias estructurales acumuladas. La cobertura de medicamentos en farmacias apenas llega al 32%, y muchos fármacos esenciales como antibióticos y analgésicos solo pueden adquirirse en divisas, a través de la exportación de servicios médicos. Esto convierte la salud en un privilegio para quienes tienen acceso a moneda fuerte, no en un derecho garantizado para todos.
"La tasa de mortalidad infantil aumentó a 8.2 por cada mil nacidos vivos, y la mortalidad materna alcanzó los 56.3 por cada 100 mil nacimientos. Son cifras alarmantes que reflejan un deterioro profundo del sistema. Mientras tanto, el 30% de los hogares de ancianos carece de certificación, y el personal sanitario está sobrecargado y desmoralizado."
El ministro anunció 13 acciones estratégicas y 33 metas para intentar revertir la crisis, aunque reconoció que muchas no tendrán resultados inmediatos. La ciudadanía, sin embargo, sigue enfrentando hospitales vacíos.
La comparecencia del ministro no trajo soluciones concretas ni fechas de recuperación. Solo dejó en evidencia que la salud en Cuba está en ruinas, atrapada entre la escasez, la desorganización interna y una economía que ha dejado de priorizar el bienestar de su pueblo.
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