Colombia enviará próximamente 1.404 toneladas de arroz blanco a Cuba como parte de un acuerdo comercial valorado en más de 1,4 millones de dólares anuales. El convenio, anunciado por la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) y la corporación CoagroDistritos, involucra directamente a 4.968 pequeños productores campesinos del departamento del Tolima, quienes serán los principales beneficiarios de esta exportación.
La iniciativa se enmarca dentro de una estrategia nacional para fortalecer la economía rural, promoviendo compras públicas directas que eliminan intermediarios y aseguran precios justos.
La ADR, presidida por César Pachón Achury, señaló que este envío marca un paso importante en el impulso a la soberanía alimentaria y al acceso a nuevos mercados internacionales para productos colombianos.
“Estamos comprando directamente a los productores, con precios justos y rumbo a la exportación. Así garantizamos rentabilidad y llevamos el arroz a mercados internacionales como Cuba”, afirmó Pachón. Desde la Presidencia, Alfredo Saade consideró el acuerdo como “una forma concreta de fortalecer la vida en el campo y abrir nuevos destinos para sus cosechas”.
Este cargamento representa un alivio parcial para la aguda crisis alimentaria que atraviesa Cuba, donde el arroz, alimento básico en la dieta de millones, ha sido escaso durante meses. La situación alcanzó niveles críticos en el primer trimestre de 2025, cuando miles de familias se vieron obligadas a buscar alternativas fuera de las redes estatales. Aunque en abril llegaron 10.000 toneladas desde Vietnam, los problemas de desabastecimiento persisten.
En los mercados informales, los precios del arroz oscilan entre 700 y 1.000 pesos cubanos por kilogramo, dependiendo de su país de origen. El arroz criollo, más accesible pero de menor calidad, ronda los 250 pesos por libra. Con pensiones que apenas superan los 1.500 CUP mensuales, el acceso regular a este alimento se ha vuelto insostenible para muchas familias cubanas.
A pesar de las múltiples fuentes de importación —incluyendo Brasil, Uruguay, México, Tailandia, Turquía y Estados Unidos— los costos continúan siendo elevados, reflejando la fragilidad del sistema de distribución cubano y la dependencia de acuerdos externos.
Este nuevo convenio con Colombia no solo representa una salida parcial a la crisis del arroz en la Isla, sino también una oportunidad para el campesinado colombiano de integrarse en cadenas internacionales de valor.
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