El gobierno dictatorial de Nicolás Maduro profundiza su ofensiva contra la oposición con la detención, en la madrugada del viernes 23 de mayo, del dirigente político Juan Pablo Guanipa, miembro destacado de la Plataforma Unitaria Democrática y cercano colaborador de la líder opositora María Corina Machado.
La detención fue anunciada públicamente por el ministro del Interior, Diosdado Cabello en una transmisión por Venezolana de Televisión, donde se le acusó de encabezar una supuesta red terrorista.
Según Cabello, la aprehensión de Guanipa se llevó a cabo gracias a labores de inteligencia y denuncias ciudadanas que alertaron sobre un plan de sabotaje contra las elecciones regionales previstas para este domingo.
“Estamos informando al país sobre el desmantelamiento de una red de terrorismo y conspiración contra nuestro país, contra las elecciones, contra nuestro pueblo, contra la tranquilidad y la paz que debe reinar en Venezuela”, declaró el ministro, reforzando el discurso oficialista que criminaliza toda forma de disidencia.
"La detención de Guanipa representa un nuevo golpe a la ya debilitada oposición venezolana, especialmente a los sectores que respaldan a María Corina Machado, figura que ha sido blanco constante de persecución política." La acción se da en un momento especialmente sensible, a tan solo días de unas elecciones regionales que muchos observadores internacionales consideran carentes de garantías mínimas de transparencia.
La narrativa del régimen venezolano sostiene que la oposición busca desestabilizar el país a través de acciones violentas. No obstante, organizaciones defensoras de derechos humanos y actores internacionales han expresado reiteradamente su preocupación por el uso sistemático de acusaciones de terrorismo para silenciar a líderes opositores, defensores de derechos civiles y periodistas.
"El uso del aparato judicial y de seguridad para neutralizar adversarios políticos se ha convertido en una táctica recurrente del chavismo, lo cual socava gravemente cualquier posibilidad de procesos electorales creíbles en el país."
La detención de Guanipa se inscribe en una serie de acciones represivas que han escalado en intensidad conforme se acerca la fecha de las elecciones, elevando las tensiones políticas y empañando el ya cuestionado clima electoral.
Hasta el momento, no se han presentado pruebas concretas de los supuestos vínculos de Guanipa con actos terroristas. Diversos sectores dentro y fuera del país han exigido su liberación inmediata y el cese de la persecución política, alertando sobre las consecuencias que estos hechos podrían tener para la estabilidad y el futuro democrático de Venezuela.