Cuba enfrenta una crisis energética y social, con crecientes críticas hacia el régimen comunista por su incapacidad para resolver problemas históricos como los apagones y la falta de alimentos. La crisis energética que atraviesa la Isla ha puesto en evidencia, una vez más, las serias deficiencias en la gestión del gobierno comunista, que ha permanecido en el poder desde 1959.
La situación de los apagones se ha vuelto insostenible, afectando la vida diaria de millones de cubanos. El colapso del sistema eléctrico, marcado por apagones generales, ha dejado a todo un país en una situación de emergencia que, lejos de ser una novedad, agrava una crisis estructural que se arrastra por décadas. A pesar de los intentos de justificar la situación culpando al embargo estadounidense, diversas voces críticas han señalado que el problema radica en la falta de planificación y en las decisiones internas erróneas del gobierno.
El presidente Miguel Díaz-Canel ha insistido en culpar al "bloqueo recrudecido" de Estados Unidos como la causa principal de los problemas energéticos de la Isla. Sin embargo, economistas como Pedro Monreal han cuestionado esta narrativa, subrayando que lo que enfrenta el país no es solo un "desafío", sino una "bancarrota causada por decisiones internas". La falta de inversiones efectivas en infraestructuras críticas, como la red eléctrica, mientras se destinan grandes sumas a sectores como el turismo, ha generado un profundo malestar en la población.
Según datos oficiales, las inversiones en el turismo superan por mucho las destinadas a áreas esenciales como la salud y la asistencia social, un hecho que no ha pasado desapercibido para los cubanos. En un intento por apaciguar la situación, el gobierno anunció la suspensión de actividades administrativas y educativas durante varios días, y ha justificado esta medida por los trabajos necesarios para restablecer el sistema eléctrico nacional. Sin embargo, la medida ha sido recibida con escepticismo y malestar, ya que no se vislumbra una solución a corto plazo para el colapso del sistema eléctrico, causado por la desconexión de la planta termoeléctrica "Antonio Guiteras". La situación se ha vuelto crítica, dejando a millones de personas sin electricidad y paralizando muchas actividades esenciales en todo el país.
Mientras tanto, la prensa internacional ha destacado el impacto de estos apagones en una población que ya enfrenta escasez de alimentos y medicinas. Medios como The New York Times y CNN han reportado en tiempo real la gravedad de la crisis energética, subrayando la creciente frustración de los cubanos ante una situación que se agrava cada día más.
En medio de esta crisis, los dirigentes han recurrido a la destitución de funcionarios como el gobernador y vicegobernador de Las Tunas, alegando "errores cometidos" en el ejercicio de sus responsabilidades. Este tipo de medidas, sin embargo, han sido percibidas como intentos de desviar la atención sin abordar las causas estructurales de la crisis. Situaciones similares se han dado en otras provincias, revelando una profunda inestabilidad en la administración local del país y su gestión política.
La respuesta de la ciudadanía ha sido contundente. A través de las redes sociales, los cubanos han expresado su descontento con mensajes críticos hacia los dirigentes, exigiendo cambios profundos en la estructura del gobierno. Frases como "¿Hasta cuándo?" o "Que se vayan y entreguen el país" se han multiplicado, reflejando un sentimiento de hartazgo ante la falta de soluciones reales. Estas reacciones, aunque relevantes, no han sido suficientes para provocar un cambio en la línea de acción de los líderes, quienes se aferran a las mismas justificaciones y medidas sin reconocer sus errores.
En medio de la crisis energética en Cuba, las voces de figuras públicas y ciudadanos han manifestado su descontento y agotamiento ante los prolongados apagones. La artista Rebeca Martínez expresó en redes sociales su resignación diciendo que estaba “en modo hibernando hasta que se haga la luz” tras varios días sin electricidad. Figuras del mundo artístico como Yomil Hidalgo y Daniela Reyes lamentaron la situación calificándola de “fea” y triste, mientras observaban a los habaneros sentados en las aceras o en el malecón esperando el regreso de la luz.
En Miami, Willy Chirino, Leoni Torres y La Diosa enviaron mensajes de solidaridad, con esta última afirmando que a los cubanos los están “matando poco a poco en vida”. Además, el activista Adelth Bonne compartió su experiencia en La Habana, señalando que había perdido toda su comida tras 52 horas sin electricidad, y denunció el constante acoso de patrullas de la policía en su vecindario. En contraste, otros ciudadanos cubanos han intentado usar el humor para sobrellevar la situación, mientras la indignación y la preocupación por la falta de soluciones efectivas se extienden por todo el país.
En definitiva, la situación en Cuba continúa siendo alarmante, con un sistema eléctrico al borde del colapso, una población que enfrenta enormes carencias y un gobierno incapaz de ofrecer respuestas efectivas. La dirigencia cubana, lejos de reconocer sus errores y buscar alternativas viables, sigue recurriendo a narrativas de justificación que cada vez convencen menos a una ciudadanía agotada. Mientras tanto, las voces que exigen un cambio real y profundo en la Isla no dejan de aumentar.
Y ahora, lo último es que se recupera La Habana pero el resto de la nación permanece en tinieblas.
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