Un ciudadano cubano, Yoany Vaillant, de 43 años, fue condenado por un tribunal federal en Las Vegas tras ser hallado culpable de operar junto a otros uno de los mayores servicios ilegales de streaming en Estados Unidos, conocido como Jetflicks.
Vaillant, programador con 15 años de experiencia, enfrentó un cargo de conspiración por violar derechos de autor. Según el Departamento de Justicia de EE.UU., él es el octavo y último acusado condenado en este caso, que destaca por la magnitud de la piratería llevada a cabo por la plataforma.
Jetflicks era un servicio por suscripción basado en Las Vegas que ofrecía a sus usuarios acceso para transmitir y descargar miles de episodios de televisión con derechos de autor, todo sin autorización de los propietarios. En su apogeo, Jetflicks albergaba más de 183,000 episodios, superando incluso a plataformas legales como Netflix, Hulu y Disney+.
Vaillant trabajaba directamente con los fundadores Kristopher Dallmann y Jared Jaurequi, quienes también fueron condenados anteriormente. Durante sus cuatro meses y medio en la empresa, contribuyó al funcionamiento técnico de la plataforma, resolviendo problemas relacionados con la descarga, procesamiento y transmisión automatizada de los contenidos.
Las investigaciones revelaron que Vaillant y su equipo utilizaban herramientas automatizadas para recopilar programas de televisión de sitios piratas como The Pirate Bay, RARBG y altHUB. Estos contenidos eran procesados rápidamente y puestos a disposición de sus suscriptores en EE.UU., en muchos casos, solo un día después de su emisión original.
Jetflicks alcanzó una escala masiva, reproduciendo y distribuyendo cientos de miles de episodios a decenas de miles de usuarios pagos. Este modelo afectó gravemente a los dueños de derechos de autor, resultando en pérdidas millonarias para las industrias de televisión y streaming.
La condena de Vaillant pone fin a un caso de alto perfil que subraya la lucha contra la piratería digital en EE.UU. Según el Departamento de Justicia, el esquema de Jetflicks tuvo un impacto significativo, perjudicando tanto a los creadores de contenido como a las plataformas legales que cumplen con los derechos de autor.
Con este fallo, las autoridades buscan enviar un mensaje claro sobre las consecuencias legales para quienes participan en actividades de piratería a gran escala, mientras las industrias afectadas continúan demandando medidas más estrictas para proteger su propiedad intelectual.