La ausencia de información sobre el estado físico de Marrero Cruz ha generado especulaciones, especialmente después de la extraña coincidencia con el incidente de Díaz-Canel. A finales de agosto, el dictador cubano había informado a través de sus redes sociales que su brazo derecho fue inmovilizado debido a “fuertes molestias”, sin especificar si se trataba de una lesión o un malestar general. En ese mensaje, agradeció a los cubanos por su preocupación y al equipo médico que atendió su dolencia, aclarando que su brazo derecho estaba inmovilizado temporalmente, pero su “izquierdo trabaja a plenitud”, al igual que el resto de su cuerpo.
El hecho de que tanto Díaz-Canel como Marrero Cruz aparezcan públicamente con el brazo enyesado en tan corto período de tiempo, sin explicaciones claras, ha alimentado la curiosidad entre los cubanos, quienes buscan respuestas en medio de una crisis económica y social que afecta a la Isla.
La aparición de Marrero Cruz con el brazo enyesado se da después de varia semanas de ausencia en los medios.
La última vez que se le vio públicamente fue a mediados de 2024, cuando hizo una fallida comparecencia en la televisión cubana, en la que abordó la crisis energética y económica del país. En esa ocasión, admitió que los resultados del gobierno no mostraban los avances esperados por la población, pero insistió en que “no estaban de brazos cruzados”. Sin embargo, poco después de esa intervención, el sistema eléctrico de Cuba colapsó, lo que marcó el inicio de un periodo de invisibilidad para el primer ministro, quien no volvió a aparecer en los medios hasta ahora.
La situación generó preocupación en la población, ya que la falta de acción efectiva ante las crecientes crisis del país ha llevado a muchos a cuestionar la capacidad del gobierno cubano para enfrentar los problemas estructurales. Mientras tanto, la presencia del primer ministro con un brazo enyesado ha dejado más preguntas que respuestas, sumándose a las incógnitas que rodean la gestión del régimen en tiempos de dificultades económicas y sociales.
En medio de la crisis, la pregunta que persiste entre los cubanos es: ¿qué está ocurriendo realmente con los altos funcionarios del gobierno y por qué las respuestas a situaciones tan personales y emblemáticas siguen siendo tan esquivas? Sencillo: la corrupción e incapacidad los signan y no admiten que todos pongan en duda lo que dicen que hacen. No hay nada más que averiguar.