En medio de una crisis humanitaria tras el impacto de dos huracanes y un terremoto en menos de un mes, el pueblo cubano enfrenta desafíos extremos. El arzobispo Nelson J. Pérez, de Filadelfia, llamó a la comunidad internacional a ofrecer apoyo solidario y oraciones para los afectados.
El 10 de noviembre, un terremoto de magnitud 6.8 sacudió el este de Cuba, con epicentro cerca de Bartolomé Masó. Aunque no se reportaron víctimas ni daños graves, el país aún lidia con las secuelas del huracán Rafael, que el 6 de noviembre dejó a su paso 461 viviendas destruidas y más de 283,000 evacuados.
La tormenta inundó calles en ciudades como La Habana, obligando a los residentes a abandonar sus hogares. Este desastre se suma al impacto del huracán Oscar, que el 20 de octubre dejó seis muertos y empeoró los prolongados apagones que ya afectaban al país tras el colapso de una planta termoeléctrica en Matanzas.
El arzobispo Pérez, hijo de exiliados cubanos, expresó su tristeza ante la difícil situación en la isla, destacando la necesidad de apoyo urgente para atender las necesidades básicas de los damnificados.
“Ofrezcamos nuestras oraciones y nuestro apoyo generoso a los esfuerzos humanitarios,” dijo Monseñor Pérez, quien también es presidente de Catholic Relief Services (CRS). Según Joseph Weber, asesor de CRS, las prioridades actuales incluyen alimentos, agua potable y suministros de higiene.
Las cifras son alarmantes: más de 15,450 viviendas dañadas, cerca de 37,560 acres de cultivos perdidos —incluyendo arroz, frijoles y maíz— y casi 180 centros de salud afectados en tres provincias, según Cáritas Cuba.
A pesar de los retos, la solidaridad entre los cubanos destaca. Weber subrayó que, además de los recursos materiales, el acompañamiento emocional es crucial para superar las pérdidas. “El apoyo humano hace que las personas se sientan menos solas en medio de la adversidad,” dijo.
El arzobispo Pérez pidió acciones concretas para ayudar a los cubanos. “Seamos las manos de Cristo para nuestros hermanos en Cuba y en todo el Caribe,” afirmó, invocando a la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, como guía espiritual en estos momentos de prueba.
Los interesados en colaborar pueden contribuir a través de organizaciones como Catholic Relief Services, que lideran los esfuerzos humanitarios en la región.