Un grupo de 64 migrantes, incluyendo familias con niños, arribó este lunes a Honduras como parte de un nuevo programa del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) que promueve la salida voluntaria de inmigrantes indocumentados mediante vuelos gratuitos y una ayuda económica de $1,000 por persona.
El vuelo aterrizó en el Aeropuerto Internacional Ramón Villeda Morales, en San Pedro Sula, el lunes por la tarde. De los pasajeros, 38 eran hondureños y al menos 19 eran menores de edad, algunos nacidos en Estados Unidos, según informó el viceministro de Relaciones Exteriores hondureño, Antonio García.
“Se trató de una mezcla de perfiles: madres con hijos, hombres solos. Todos recibieron $1,000 como parte del paquete de retorno, incluidos los niños”, detalló García. El resto del vuelo tiene como destino Colombia, donde serán dejados otros participantes del programa.
Este esfuerzo forma parte del llamado “Proyecto Regreso a Casa”, anunciado por el DHS a inicios de mayo, que busca reducir el costo promedio de las deportaciones —estimado en más de $17,000 por caso— mediante la promoción de salidas voluntarias organizadas. Los migrantes interesados deben inscribirse a través de una aplicación móvil llamada CBP Home, antes conocida como CBP One, con la cual notifican su intención de regresar a sus países de origen sin enfrentar un proceso formal de deportación.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, explicó que el programa representa una alternativa “digna y segura” para quienes se encuentran en el país sin autorización. “Si estás aquí ilegalmente, usa la aplicación CBP Home para tomar el control de tu partida y recibir apoyo financiero para regresar a casa”, indicó en un comunicado.
Algunos de los migrantes relataron su experiencia. Wilson Sáenz comentó que tras solicitar su salida fue alojado en un hotel en Houston antes de ser llevado al aeropuerto, donde le dieron alimentos y asistencia para abordar el vuelo. Otro participante, Kevin Posadas, explicó que las autoridades coordinan el punto de salida según el estado donde se encuentre cada persona, facilitando así su traslado final.
El gobierno estadounidense aseguró que los migrantes que se inscriban en este programa serán despriorizados para detención o expulsión, siempre que demuestren avances reales en su proceso de salida.
Además del beneficio económico, la campaña busca evitar la separación familiar. En este primer vuelo, varios niños con ciudadanía estadounidense regresaron con sus padres hondureños. “El objetivo es que las familias permanezcan unidas, incluso si eso significa salir del país”, indicó Wilson Paz Reyes, director de Migración de Honduras.
El programa forma parte de una campaña más amplia, valorada en $200 millones, que incluye esfuerzos publicitarios para persuadir a los inmigrantes indocumentados a abandonar Estados Unidos por su cuenta.
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