China se cansó de esperar que el régimen de Cuba haga cambios de mercado en su economía, por lo que los vínculos entre ambos países se han enfriado y acuerdos comerciales vigentes fueron cancelados, revelaron al diario Financial Times diplomáticos y funcionarios del gigante asiático.
De acuerdo con el reporte, si bien públicamente Beijing apoya el derecho de Cuba a elegir su propio camino de desarrollo económico, en privado los funcionarios chinos han instado durante mucho tiempo a pasar de una economía planificada verticalmente a un modelo más orientado al mercado, como en China.
Fuentes consultadas por el diario financiero indicaron que los chinos están desconcertados y frustrados por la renuencia de La Habana a implementar reformas drásticas de mercado, a pesar de la atroz situación económica y crisis humanitaria que enfrenta Cuba. Un empresario occidental no identificado con negocios con La Habana dijo a Financial Times que "las importaciones chinas (a Cuba) han disminuido mucho en general. Los exportadores se están alejando de las líneas de crédito entre China y Cuba y se están moviendo hacia el sector privado".
"Los cubanos ahora mismo están en una posición en la que necesitan caridad y no tienen mucho que ofrecer a cambio", dijo por su lado William LeoGrande, experto en Cuba y profesor de Políticas Públicas de la American University, en EEUU.
China contribuyó a la "revolución energética" impulsada por Fidel Castro a finales del siglo XX, así como a la reforma de las infraestructuras en los últimos años, con especial énfasis en la ciberseguridad, las tecnologías digitales y los equipos de transportes; por esta razón, los chinos siguen siendo el segundo socio comercial de La Habana, solo por detrás de Caracas. No obstante, La Habana debe "cientos de millones de dólares" a grandes empresas de ese país asiático como Huawei y Yutong, que le suministraron vehículos, maquinarias y tecnología.
Financial Times reveló que, incluso, Beijing anuló el contrato de importación de azúcar de Cuba, una cuota anual de poco más de 400.000 toneladas que para La Habana era una prioridad. Mas, la caída de la producción azucarera de la Isla acabó con ese acuerdo.
Según la nota, aún existe un intercambio que, por parte de La Habana, implica la venta de níquel, productos del mar, tabacos de lujo, cooperación biotecnológica, entre otros. Pero si en 2017 las compras de la Isla en China fueron de 1.700 millones de dólares, en 2022 solo llegaron a 1.100 millones, según cifras oficiales.
El economista cubano Omar Everleny Pérez apuntó que las inversiones de China en Cuba, cuya cifra es desconocida, son irrisorias si se comparan con los 160.000 millones de dólares que invirtió en América Latina y el Caribe a partir de 2005. Hoy los principales aliados comerciales regionales de China son Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, México, Perú y Venezuela, todos ellos importantes exportadores de materias primas y donde el gigante asiático ha financiado la construcción de infraestructuras.
De hecho, hoy China es el segundo socio comercial de la región, solo por detrás de EEUU. Con varias de esas naciones Beijing tiene lo que denomina "asociaciones estratégicas integrales". Pero ello no abarca a Cuba. "China no es el suggar daddy de Cuba. Se trata principalmente de una relación de declaraciones de solidaridad, no una relación estratégica para ninguno de los dos", dijo a Financial Times Fulton Armstrong, ex oficial de inteligencia de Estados Unidos para América Latina.
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