Activistas y líderes religiosos han alzado la voz contra el régimen cubano, tras denunciar que las autoridades están bloqueando la entrada de ayuda humanitaria destinada a las zonas más afectadas por el huracán Melissa. Según los reportes, el gobierno ha establecido puntos de control que frenan el paso de cargamentos organizados por iglesias y grupos independientes, en momentos en que miles de familias permanecen sin techo, sin alimentos y sin esperanza.
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) confirmó que varios camiones con donaciones fueron detenidos entre Las Tunas y Granma, donde policías y agentes estatales impiden el tránsito de personas que transportan comida, medicinas y otros insumos recolectados por congregaciones cristianas del centro y occidente del país.
Los testimonios recogidos por el organismo son desgarradores: familias que aún permanecen refugiadas sobre los techos de sus casas, comunidades que llevan cuatro días sin electricidad ni alimentos, y localidades de Santiago de Cuba donde ninguna autoridad ha acudido a verificar las necesidades de la población.
En un comunicado, el OCDH exigió al gobierno cubano que permita el libre ingreso de la ayuda y deje de obstaculizar la solidaridad ciudadana.
“Estas trabas solo agravan la tragedia que vive el oriente del país”, advirtió el texto.
Mientras tanto, desde el exterior llega una señal de apoyo. El Gobierno de Estados Unidos anunció este domingo la asignación de tres millones de dólares en asistencia humanitaria para los damnificados por el huracán Melissa.
Según informó la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, los fondos serán canalizados a través de la Iglesia Católica, con el objetivo de que lleguen directamente a las comunidades más golpeadas, sin pasar por el control del régimen.
“Estados Unidos está coordinando con la Iglesia Católica la distribución de tres millones de dólares en asistencia humanitaria directamente a quienes en el oriente de Cuba fueron más impactados por la devastación del huracán Melissa. Nuestras oraciones están con el valiente pueblo cubano”, publicó la entidad en su cuenta oficial de X.
La medida marca una posición clara de Washington: brindar apoyo al pueblo cubano sin permitir que el gobierno lo utilice para fines políticos o propagandísticos.
El huracán Melissa, que golpeó la isla el 29 de octubre, dejó un escenario de destrucción generalizada: decenas de miles de damnificados, viviendas derrumbadas, cosechas perdidas y redes eléctricas colapsadas en Guantánamo, Granma, Holguín y Santiago de Cuba.
En medio del caos, la censura y la precariedad, la solidaridad ciudadana vuelve a enfrentarse al muro del control estatal. Pero la decisión de canalizar la ayuda internacional por vías independientes demuestra que aún existen formas de tender la mano al pueblo cubano sin fortalecer a quienes lo oprimen.
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