El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) denunció que el régimen cubano ha establecido “puntos de control” para impedir el paso de personas y suministros humanitarios hacia las zonas más afectadas por el huracán Melissa, que devastó el oriente de la isla.
En un comunicado difundido este fin de semana, la organización afirmó que “estas trabas agravan la tragedia vivida en la región oriental”, donde cientos de comunidades permanecen aisladas, sin electricidad ni vías de acceso.
De acuerdo con testimonios recogidos por el OCDH, los controles policiales se habrían instalado entre las provincias de Las Tunas y Granma, con el propósito de bloquear la entrada de ayuda independiente, incluyendo donativos organizados por iglesias y grupos ciudadanos.
“Las autoridades buscan mantener el control de la distribución de ayuda, incluso la proveniente de organizaciones no gubernamentales y religiosas”, señalaron activistas citados en el informe.
La entidad exigió al gobierno cubano garantizar el libre ingreso de ayuda civil y abstenerse de interferir en las iniciativas solidarias que intentan asistir a los damnificados del huracán.
La denuncia del OCDH coincide con los reportes de medios independientes que documentan el abandono de comunidades enteras en la zona oriental, especialmente en Río Cauto, Cacocum y Bayamo, donde las inundaciones han cubierto amplias extensiones y los rescates continúan días después del paso del ciclón.
“Tenemos agua alrededor por todos lados y nadie ha venido”, relató Elianni Villavicencio desde una localidad inundada de Río Cauto, en declaraciones a Martí Noticias.
La mujer, madre de dos menores, advirtió sobre el peligro de colapso de presas en la región: “Si la presa se explota —dicen que está en peligro por falta de mantenimiento— va a ser un golpe de agua inmenso y aquí no quedará nada. Arrasará con todo.”
El huracán Melissa, que tocó tierra el miércoles con vientos cercanos a los 200 km/h y lluvias superiores a los 400 milímetros, dejó graves daños en viviendas, cultivos, carreteras y redes eléctricas en las provincias de Santiago de Cuba, Granma, Holguín y Guantánamo.
Aunque el régimen insiste en que la situación está “bajo control”, los testimonios desde las zonas afectadas y los informes de organizaciones internacionales muestran una emergencia humanitaria en expansión.
El Departamento de Estado de Estados Unidos publicó recientemente una guía detallando cómo ciudadanos y organizaciones pueden enviar ayuda humanitaria privada al pueblo cubano, pero hasta ahora, el gobierno de la isla no ha facilitado su ingreso.
Para el OCDH, la política de control sobre la asistencia y la negativa a aceptar ayuda externa agravan el sufrimiento de miles de familias que hoy enfrentan hambre, aislamiento y la pérdida total de sus hogares.