El escritor, profesor y periodista Julio Travieso Serrano, uno de los nombres más destacados de la narrativa cubana del siglo XX y XXI, falleció este sábado en La Habana a los 82 años, según confirmó el Instituto Cubano del Libro.
Nacido el 30 de marzo de 1943, Travieso Serrano estudió Derecho en la Universidad de La Habana y más tarde se especializó en la Unión Soviética, donde obtuvo una maestría en Ciencias por la Universidad Lomonósov de Moscú y un doctorado en Economía por el Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias de la URSS en 1985.
Miembro activo de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), fue también un reconocido docente en la Universidad de La Habana y en instituciones académicas de España, Rusia y México, combinando su carrera literaria con la enseñanza y la investigación.
Entre sus obras más reconocidas se encuentran Para matar al lobo, Cuando la noche muera, El polvo y el oro y Llueve sobre La Habana, títulos que consolidaron su lugar entre los grandes narradores de su generación.
Por la trascendencia de su obra, Travieso Serrano recibió en 2021 el Premio Nacional de Literatura, el máximo galardón de las letras cubanas, además de otros reconocimientos como el Premio Mazatlán de Literatura (México), el Premio de la Crítica Literaria (Cuba), la Distinción por la Cultura Nacional y la Orden Alexander Pushkin del Estado ruso.
El autor definía la literatura como una “enfermedad incurable y pegadiza”, evocando a Cervantes, y sostenía que no se elige ser escritor: se escribe por necesidad vital.
“Continué porque me gusta la literatura, disfruto el proceso de creación literaria, al igual que los pintores y compositores disfrutan de sus creaciones. Es una manera de comunicarme con mis semejantes”, confesó en una entrevista.
Travieso publicó su primer libro de cuentos en 1966, aunque no comenzó a cobrar derechos de autor hasta 1976. Escribía de noche, entre las 10:00 p.m. y las 2:00 a.m., buscando el silencio como aliado de la inspiración.
Con una mirada lúcida y crítica, reflexionó también sobre el futuro de la lectura, lamentando la pérdida de interés por los libros ante la “cultura de la pasarela” y la saturación de los nuevos medios digitales.
“Un escritor necesita librerías que funcionen, ediciones cuidadas y promoción real. Sin eso, la literatura se apaga”, advertía.
Profundamente ligado a su país, definió a Cuba como “el lugar donde están enterrados mi esposa, mis padres, mis abuelos y mis compañeros de lucha”, una frase que resume la dimensión íntima y afectiva de su obra.
Julio Travieso Serrano deja tras de sí un legado literario de hondura histórica y humana, marcado por la reflexión, el rigor y una mirada compasiva hacia la condición cubana.
Panamá envía 24 toneladas de ayuda humanitaria a Cuba tras el paso del huracán Melissa
Hace 10 horas