El gobierno de Estados Unidos anunció que está coordinando con la Iglesia Católica la distribución de 3 millones de dólares en asistencia humanitaria destinada a los cubanos más afectados por el huracán Melissa, que recientemente devastó amplias zonas del oriente del país.
La información fue confirmada por la Embajada de Estados Unidos en La Habana a través de su página oficial de Facebook, donde se indicó que los fondos serán canalizados directamente hacia las comunidades más golpeadas por el ciclón, que dejó cuantiosos daños materiales, pérdidas agrícolas y miles de familias desplazadas.
“Estados Unidos está coordinando con la Iglesia Católica la distribución de 3 millones de dólares en asistencia humanitaria directamente a aquellos más afectados en el oriente de Cuba por la devastación del huracán Melissa. Nuestras oraciones están con el valiente pueblo cubano”, señaló el comunicado publicado por la sede diplomática.
La decisión del gobierno estadounidense busca garantizar que la ayuda llegue de forma directa a los damnificados, evitando intermediaciones gubernamentales que puedan obstaculizar o politizar la entrega de recursos, según coinciden analistas y observadores internacionales.
El huracán Melissa dejó a su paso un saldo de destrucción en las provincias orientales de Cuba, con viviendas derrumbadas, cultivos arrasados y una infraestructura eléctrica severamente dañada. Miles de personas permanecen sin acceso estable a agua potable ni alimentos, lo que ha impulsado el llamado de organizaciones religiosas y de la sociedad civil a incrementar la asistencia internacional.
La Iglesia Católica, que mantiene una amplia red de parroquias y organizaciones de ayuda en toda la isla, ha sido un actor clave en la distribución de ayuda humanitaria durante emergencias anteriores. Su participación en esta operación responde al objetivo de asegurar que los recursos lleguen de manera transparente y efectiva a las comunidades más vulnerables.
Aunque las autoridades cubanas no han emitido comentarios directos sobre esta colaboración, la medida representa un gesto significativo de cooperación humanitaria entre Estados Unidos y sectores de la sociedad cubana, en un contexto donde las relaciones bilaterales se mantienen tensas.
La Embajada estadounidense reiteró además su solidaridad con el pueblo cubano, subrayando que la asistencia responde a principios humanitarios y no tiene connotaciones políticas. “Nuestras oraciones están con el valiente pueblo cubano”, expresó la sede diplomática, acompañando el mensaje con imágenes del impacto del huracán en varias localidades del oriente del país.
Esta ayuda complementa los esfuerzos de organismos internacionales y comunidades religiosas que también han iniciado campañas para apoyar la recuperación. Se espera que en los próximos días se anuncien detalles sobre la logística de distribución, los puntos de entrega y las parroquias que participarán en la administración de los fondos.
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