Opiniones y comentarios variados ha levantado sobre la defensa de la hija de Gil, entendible por ser quien es, pero para nada entendible, según muchos, cuando se habla de razón y conocimiento del caso. Uno de los que opina es el periodista José Luis Tan:
"No puedo sentir empatía por la hija de Alejandro Gil, y mucho menos por él. Es comprensible que salga en defensa de su padre. Es su derecho. Sin embargo, en sus declaraciones no señala a los verdaderos responsables, que van más allá de su padre: el sistema al que él perteneció, y que durante décadas ha violado los mismos derechos que ella hoy exige Durante años, "Alejandro Gil fue una pieza clave dentro de la maquinaria que impuso medidas económicas que empobrecieron a millones, mientras él y otros altos funcionarios disfrutaban de privilegios y prebendas.
"Formó parte de un modelo que castigó el disenso, manipuló la información y silenció a quienes se atrevían a cuestionar el orden establecido Hoy, su hija apela a la comprensión de ese mismo pueblo que su padre ayudó a oprimir. Habla de transparencia, de debido proceso y de respeto, pero en su declaración, y en sus anteriores publicaciones, no hay una sola palabra de empatía hacia los cubanos que han sido condenados, difamados o desaparecidos por exigir exactamente lo mismo, justicia, verdad y derechos.
"Entre sus líneas, no hay una sola palabra de solidaridad hacia ese pueblo que ha cargado durante décadas con el costo de las decisiones del poder. No hay autocrítica ni distancia moral con el sistema que la benefició. Solo la sorpresa de quien por primera vez experimenta la arbitrariedad de un aparato que antes defendió.
"Tampoco pensó entonces en ese pueblo al que hoy acude, cuando disfrutaba de todas las prebendas derivadas del poder de su padre, mientras la mayoría sobrevivía entre la escasez y el hambre.
" Quienes callaron cuando el poder arremetía contra otros, hoy reclaman la libertad y la transparencia que antes negaron. Tal vez ahora comprendan —desde la experiencia propia— lo que significa vivir bajo un régimen que no respeta ni a sus más fieles servidores"