"Temo que no lo liberen." Esas fueron las angustiosas palabras de Nelva Ismarays Ortega, esposa del líder opositor cubano José Daniel Ferrer García, al periodista Yusnaby Pérez de la cadena Telemundo Miami.
La incertidumbre crece entre sus familiares, quienes denuncian que el régimen cubano podría incumplir con la fecha prevista para su liberación, el cercano cuatro de agosto, agravando aún más la situación crítica que atraviesa el activista desde la prisión de Mar Verde, en Santiago de Cuba.
La etiqueta #SOSFerrer se ha convertido en un clamor internacional. A través de redes sociales, se ha denunciado la situación inhumana que vive Ferrer, detenido en condiciones extremas y con un estado de salud alarmantemente deteriorado.
Según su hermana, Ana Belkis Ferrer, el líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) lleva más de diez días incomunicado, ha sido objeto de golpizas reiteradas —tanto por agentes del penal como por reclusos, presuntamente bajo órdenes oficiales— y en más de una ocasión ha quedado inconsciente como resultado de estas agresiones.
Actualmente, Ferrer se encuentra en huelga de hambre desde hace trece días. Esta acción desesperada la inició en protesta por el trato cruel e inhumano al que es sometido. La familia detalla que, durante este periodo, ha sufrido una alarmante pérdida de peso, diarreas constantes, debilidad extrema y lesiones en la cabeza. Comparte celda con cinco personas, en un espacio reducido y sin ventilación adecuada, lo que agrava su cuadro físico y pone en riesgo su vida.
Las visitas familiares han sido prácticamente anuladas. Solo se le permitió una visita de tres minutos en mayo, y no se le autoriza el uso del teléfono para comunicarse con sus seres queridos. A ello se suman cargos que organismos de derechos humanos consideran fabricados, entre ellos “propaganda contra el orden constitucional” y “desacato” al presidente Miguel Díaz-Canel, lo que se interpreta como parte de un patrón represivo contra la disidencia pacífica en la Isla.
Ferrer fue encarcelado nuevamente el 29 de abril de 2025, apenas tres meses después de haber sido excarcelado en enero gracias a un acuerdo impulsado por el Vaticano, que incluyó la liberación de más de 500 presos políticos.
Su reingreso a prisión fue justificado por las autoridades bajo el argumento de que incumplió dos citaciones judiciales. En ese operativo represivo, también fueron detenidos su esposa, su hijo menor y otros activistas.
Organizaciones y defensores dentro y fuera de Cuba piden intervención urgente y presión internacional para salvaguardar su integridad física y exigir su liberación inmediata.
Como parte de estas acciones, se ha lanzado una campaña de recolección de firmas dirigida a las Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el Parlamento Europeo, Amnistía Internacional y gobiernos democráticos del mundo, con el propósito de que exijan al régimen cubano la libertad de José Daniel Ferrer y el cese de las violaciones sistemáticas contra los presos políticos.
El llamado es claro: ¡Basta ya de abusos y represión! La campaña #SOSFerrer sigue activa como símbolo de la urgencia de su caso y el de todos los que sufren por expresar su pensamiento en la Isla.
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