En agosto de 2025, Cuba alcanzó un récord histórico con 1,185 presos políticos y de conciencia, la cifra más alta jamás reportada, según el informe más reciente de la organización Prisoners Defenders. Esta alarmante cifra refleja un recrudecimiento de la represión estatal en la Isla, marcada por detenciones arbitrarias, juicios sin garantías procesales y graves violaciones a los derechos humanos.
Solo durante ese mes, se documentó la entrada de 13 nuevos presos políticos, mientras que cuatro salieron de prisión, tres por cumplir sus condenas y una activista, Aymara Nieto Muñoz, fue deportada bajo la condición de exilio forzado. Nieto fue trasladada directamente desde la prisión al aeropuerto, sin poder despedirse de su familia, un reflejo más de la crueldad con que se maneja la situación de los opositores.
Desde julio de 2021, Prisoners Defenders ha registrado un total de 1,882 personas encarceladas por motivos políticos, casi todos ciudadanos comunes que protestaron pacíficamente contra el régimen. El informe también señala que 472 de estos presos sufren de enfermedades graves y 41 padecen trastornos mentales severos sin recibir atención médica adecuada, condiciones que la organización califica de inhumanas.
Entre los casos más destacados está Adrián González Pérez, detenido tras protestar por una multa arbitraria y con una condición mental que lo hace especialmente vulnerable. También Leonardo Maleta Veranes, joven huérfano arrestado por pintar consignas en una escuela y Pavel Torres Rodríguez, preso desde hace casi un año sin juicio tras criticar al gobierno en redes sociales.
Las cárceles cubanas son escenario de torturas, agresiones físicas y maltratos constantes. En la prisión de Las Mangas Nuevas, siete manifestantes pacíficos han sido golpeados por agentes y presos comunes en represalia por ejercer su derecho a la expresión. Además, dos nuevos presos políticos fueron condenados a 10 años por regresar en una embarcación desde Estados Unidos, tras juicios plagados de irregularidades.
Un dato alarmante es que 33 de los presos políticos fueron detenidos siendo menores de edad y 122 son mujeres encarceladas por motivos políticos o de conciencia. En total, 702 presos son convictos de conciencia, y otros 447 están condenados sin el debido proceso, lo que confirma la gravedad de la crisis de derechos humanos en Cuba.
Organizaciones internacionales y defensores de derechos humanos exigen la liberación inmediata de los presos políticos y el acceso de observadores independientes a las cárceles cubanas. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con creciente preocupación cómo la represión en la Isla alcanza niveles sin precedentes, con torturas, muertes y abusos sistemáticos que ensombrecen el futuro de miles de familias cubanas.
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