Este miércoles se confirmó el fallecimiento en el exilio de Eduardo Arocena, una figura clave del movimiento anticastrista cubano en Estados Unidos. Su hijo, Frank Arocena, dio a conocer la noticia a medios afines al exilio cubano, afirmando: “Mi padre hizo todo lo que pudo por Cuba”. Arocena murió a los 81 años, tras años de quebranto físico, y luego de haber pasado casi cuatro décadas en prisión.
Eduardo Arocena nació en Cuba en 1943 y emigró a Estados Unidos en la década de 1960 tras romper con el régimen comunista instaurado por Fidel Castro. Instalado en Nueva York, se convirtió en uno de los líderes más radicales del exilio, fundando en 1974 el grupo clandestino Omega 7, organización anticastrista que llevó a cabo una serie de ataques con explosivos contra intereses cubanos y soviéticos en territorio estadounidense entre los años 70 y 80.
El grupo fue responsable de al menos 30 atentados con bombas y otros actos de sabotaje, incluyendo el asesinato en 1980 del diplomático cubano Félix García Rodríguez, quien trabajaba en la misión de Cuba ante las Naciones Unidas en Nueva York. Arocena fue arrestado en 1983 y condenado en 1984 por conspiración, asesinato y uso de explosivos, recibiendo una dura sentencia de cadena perpetua.
Durante el juicio, Arocena defendió sus acciones como parte de una guerra contra el comunismo y aseguró haber actuado bajo la convicción de liberar a su país. Las autoridades federales, sin embargo, lo consideraron un terrorista doméstico. Su encarcelamiento generó división entre el exilio: mientras algunos lo consideraban un mártir y luchador por la libertad de Cuba, otros criticaban sus métodos violentos.
Tras casi 40 años tras las rejas, fue excarcelado en 2021 por razones de salud bajo una medida humanitaria. En libertad condicional, pasó sus últimos años fuera del ojo público, pero siguió siendo una figura simbólica dentro de ciertos sectores del exilio cubano en Miami.
Su muerte marca el fin de una era de lucha radical del exilio contra el régimen cubano. Para sus partidarios, Eduardo Arocena fue un patriota que lo sacrificó todo por su ideal de una Cuba libre. Para sus críticos, una figura polémica atrapada entre la política, el fanatismo y la violencia.
Del perfil de La Tijera
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