Cuba compró en julio pasado más de medio millón de dólares en huevos de gallina a Estados Unidos. Esta adquisición forma parte de un patrón creciente de importaciones de alimentos, que entre enero y julio de 2025 sumaron 285,7 millones de dólares, superando los 242 millones del mismo período en 2024.
En julio, las exportaciones agrícolas y alimentarias de EE.UU. a Cuba alcanzaron 42,3 millones de dólares, la tercera cifra más alta del año, solo detrás de enero y febrero. Entre los productos adquiridos destacan los huevos, con 500.827 dólares, y la carne de pollo, con 23,6 millones, equivalente al 55,9 % del total de alimentos importados ese mes. Otros productos incluyen carne de cerdo, leche en polvo, alimentos preparados, arroz, café y jugos fortificados.
Estas compras evidencian la dependencia de Cuba de su vecino del norte para satisfacer necesidades básicas, especialmente frente a una producción interna en crisis. En 2024, la producción nacional de huevos apenas alcanzó 385 millones, muy por debajo del récord histórico de 2.717 millones registrado en 1991. Según prensa oficial, la producción avícola se encuentra en su peor momento en seis décadas.
Los huevos comprados se destinan principalmente a las tiendas estatales en dólares, negocios online y micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES). En las tiendas del conglomerado GAESA, un cartón de huevos cuesta 5,95 dólares, equivalente a unos 2.457 pesos cubanos al cambio del mercado informal, mientras que en el mercado de oferta y demanda, los precios oscilan entre 2.400 y más de 3.000 pesos por cartón, según cifras de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
Además de alimentos, Cuba adquirió otros productos en julio, como trigo, maíz, maní, tortas de aceite de soja, generadores eléctricos, vehículos usados y motocicletas, así como artículos de béisbol y prendas de vestir para bebés. Entre enero y julio de 2025, también se registraron compras de equipamiento y suministros médicos por valor de 551.463 dólares, mientras que las donaciones humanitarias sumaron 14 millones.
Todas estas importaciones se realizan pese al embargo estadounidense, bajo la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de Exportaciones (TSREEA) de 2000, que permite la venta de alimentos y productos agrícolas a Cuba. Desde diciembre de 2021, cuando La Habana inició compras bajo esta normativa, se han gastado casi 7.967 millones de dólares en productos estadounidenses.
La dependencia creciente de Cuba de alimentos y productos de EE.UU. refleja una crisis estructural en la producción interna y plantea desafíos para la seguridad alimentaria del país. Mientras el Gobierno cubano culpa al embargo por la escasez, el hecho es que gran parte de los productos esenciales, desde huevos hasta carne y leche, provienen del vecino norteamericano, evidenciando la fragilidad del sistema de abastecimiento local.
Fuente: Diario de Cuba