La noche del miércoles en las Grandes Ligas dejó contrastes para los peloteros cubanos: mientras los bateadores firmaron actuaciones notables, los lanzadores vivieron una fecha para el olvido.
El cerrador Aroldis Chapman vió quebrada su impresionante racha de 46 bateadores retirados sin jits de manera consecutiva, con 21 ponches incluidos. El "Misil" permitió un doble, luego una carrera, y terminó cargando con la derrota, un golpe inesperado tras semanas de dominio absoluto.
Tampoco pudo brillar Adrián Morejón, a quien le fabricaron una anotación que resultó decisiva para San Diego. Por su parte, Raisel Iglesias no permitió carreras, pero cedió dos imparables y otorgó un boleto, complicándose más de lo habitual en su relevo.
El escenario fue diametralmente opuesto para los bateadores nacidos en la Isla. Yandy Díaz volvió a ser referencia ofensiva al disparar su cuadrangular número 23 del año, empujar dos carreras —llegó a 78 impulsadas— y elevar su promedio ofensivo a .292 tras irse de 4-2.
En Los Ángeles, Andy Pagés sigue consolidando su gran campaña con los Dodgers: bateó de 4-3, impulsó su carrera 80 con su doble número 23 y anotó en dos ocasiones, confirmando su condición de pieza clave en el ineup.
El poder de Yordan Álvarez se hizo sentir con par de hits en cuatro turnos, mientras Andy Ibáñez conectó un sencillo en cuatro oportunidades. Randy Arozarena, protagonista habitual en Seatle, pegó dos incogibles en seis viajes al plato. En Chicago, Miguel Antonio Vargas regresó de la lista de lesionados y respondió con un imparable en cuatro turnos con los White Sox.
La nota menos alegre la dejaron Edgar Quero y Víctor Mesa Jr., ambos en blanco en tres turnos. Sin embargo, el balance general mostró que, a pesar del tropiezo de los brazos, el talento cubano con el madero mantiene un rol protagónico en la recta final de la temporada.