Cuba amaneció este jueves con señales de recuperación tras el apagón nacional del día anterior, pero el alivio sigue siendo limitado. La Unión Eléctrica (UNE) anunció una reconexión parcial del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), aunque importantes territorios como Pinar del Río, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo permanecen completamente sin servicio eléctrico.
La causa inmediata del apagón general fue una falsa señal de sobrecalentamiento en la caldera de la termoeléctrica "Antonio Guiteras", que provocó su desconexión automática a las 9:14 a.m. del miércoles. Esta planta, la más importante del país, arrastró consigo a todo el sistema eléctrico, dejando sin luz a toda la Isla. Desde entonces, los trabajos de reconexión han sido complejos y caóticos, según reconocen incluso funcionarios estatales.
Desde la zona industrial de Matanzas, en la planta "Guiteras" no se descansa. Los técnicos trabajan contrarreloj para lograr el arranque del bloque, pero su sincronización depende de recibir energía externa, lo cual ha sido complicado debido a la inestabilidad del SEN. A las 6:00 a.m. de este jueves, la UNE informó que el país generaba apenas 1,000 megavatios mediante dos sistemas provisionales: uno desde Mariel hasta Matanzas y otro desde Matanzas hasta Camagüey.
La empresa prometió que, en las próximas horas, se incorporarían la unidad 6 del Mariel y la propia "Guiteras", lo que permitiría crear un corredor eléctrico desde Pinar del Río hasta Camagüey. También se prevé la entrada en funcionamiento de dos unidades de la termoeléctrica Renté para aliviar la situación en el oriente del país.
Este es el quinto apagón nacional en menos de un año, lo que refleja una crisis estructural cada vez más grave en el sistema energético cubano. La falta de inversión, el deterioro de las infraestructuras y una gestión ineficaz han convertido a los apagones en parte del día a día.
Mientras tanto, millones de cubanos sufren las consecuencias: alimentos que se pierden, trabajos interrumpidos, noches sin dormir y servicios esenciales colapsados. La reconexión parcial anunciada no representa una solución sostenible, sino otro parche más dentro de un sistema eléctrico en ruinas, símbolo de un modelo de gestión que sigue sin ofrecer respuestas efectivas.