En apenas unas horas, la selección cubana de béisbol ha sufrido dos modificaciones en su nómina, justo antes de partir hacia la Copa América de Béisbol que se celebrará en Panamá, generando comentarios y cuestionamientos sobre la organización y la seriedad en la preparación del conjunto.
Primero, se informó que Alfredo Despaigne no podrá integrar el equipo debido a problemas de salud, y en su lugar fue llamado Denis Laza, quien había quedado fuera de la lista inicial. Cuando aún se asimilaba esa noticia, la Federación Cubana de Béisbol y Softbol (FCBS) comunicó otro contratiempo: Yoel Yanqui quedó excluido por no cumplir los trámites migratorios necesarios para viajar desde Nicaragua, siendo sustituido por Yasiel González.
Estos movimientos, ocurridos en menos de un día, proyectan la imagen de un conjunto que llega a última hora haciendo ajustes sobre la marcha, algo que no pasa desapercibido entre los aficionados y en las redes sociales, donde abundan las críticas a la gestión y planificación del béisbol cubano.
Si bien una enfermedad puede surgir de manera imprevista y los trámites migratorios a veces escapan del control de los atletas, el hecho de que dos sustituciones se produzcan casi simultáneamente refuerza la percepción de improvisación en la dirección del equipo.
En el mejor de los casos, la suerte no ha acompañado a la delegación; en el peor, vuelve a quedar en entredicho la organización interna y la transparencia de los procesos que rodean a la selección nacional, justo cuando el béisbol cubano intenta recuperar credibilidad en el escenario internacional.
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