El reconocido cantante y compositor cubano Cándido Fabre, conocido por su trayectoria en la música popular y por haberse identificado públicamente como un defensor del régimen cubano, sorprendió a muchos al emitir una dura crítica sobre la realidad que enfrentan los cubanos en su vida cotidiana. En un mensaje publicado en sus redes sociales, Fabre denunció abusos, deficiencias y la explotación que sufren los ciudadanos, poniendo en evidencia que ni siquiera él puede ignorar las injusticias que el propio sistema al que ha respaldado no logra controlar.
Cándido Fabre se ha consolidado como uno de los grandes de la música cubana, especialmente en el género de la salsa y el son, combinando talento artístico con un largo historial de lealtad al proyecto revolucionario. Sin embargo, en su reciente publicación, Fabre se muestra indignado ante la situación que viven jubilados, trabajadores y familias que luchan cada día por conseguir alimentos y servicios esenciales.
“Vendedores particulares se aprovechan del dolor y la necesidad del pueblo, suben los precios a cada minuto, no admiten transferencia. Las tarjetas magnéticas están por gusto. Pobres jubilados y trabajadores sin un kilo en efectivo”, escribió Fabre, dejando clara su frustración ante la escasez de efectivo y la imposibilidad de acceder a recursos básicos.
El músico también criticó los problemas en el transporte público: “Del transporte ni hablar, los boteros son criminales, así las guaguas arrendadas”, agregó, aludiendo a la informalidad y la violencia que enfrentan los usuarios de ómnibus y taxis colectivos, un reflejo de la descomposición del sistema de transporte estatal y privado en la isla.
Fabre no se limitó a enumerar problemas: su mensaje refleja una profunda preocupación por la pérdida de valores humanos y la explotación económica que sufren los cubanos más vulnerables. Señaló que, aunque “comida sí hay”, el acceso se dificulta por la falta de dinero y de ética en quienes lucran con las necesidades ajenas.
Lo más relevante de este pronunciamiento es que proviene de alguien que históricamente ha respaldado las políticas del gobierno y defendido públicamente sus logros. Su crítica demuestra que incluso figuras cercanas al régimen reconocen que la propaganda oficial y los discursos sobre justicia social y desarrollo no reflejan la realidad del pueblo cubano.
Con su mensaje, Cándido Fabre se une a un grupo creciente de voces que denuncian la explotación, la escasez y la corrupción que afectan a Cuba, evidenciando la brecha entre la imagen que intenta proyectar el gobierno y la vida diaria de los ciudadanos. “Líbranos, Señor, de tanta cabrona. Con fuerza, amor y fe”, concluyó, dejando un llamado a la reflexión sobre la crisis ética y social que atraviesa la isla