En medio de la creciente controversia por los ataques estadounidenses en aguas del Caribe y el Pacífico, el secretario de Estado, Marco Rubio, y el secretario de Guerra, Pete Hegseth, comparecieron ante legisladores del Congreso para justificar las operaciones militares lanzadas desde septiembre contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico.
Durante una reunión privada de poco más de una hora con el Grupo de los 12 —integrado por líderes de ambos partidos y miembros de los comités de seguridad nacional—, Rubio y Hegseth defendieron la legalidad y necesidad de las acciones, que han dejado al menos 67 muertos. Según los funcionarios, los blancos eran narcolanchas que transportaban cocaína hacia Estados Unidos.
“Estos narcoterroristas están involucrados en un acto de guerra contra nuestro país, y el despliegue es completamente apropiado”, aseguró el senador republicano Ron Johnson, tras la sesión. “Nuestra inteligencia ha sido precisa al identificar los objetivos. Antes los arrestábamos; ahora evitamos que la droga llegue a nuestras costas”.
Desde la Casa Blanca se insiste en que las operaciones buscan reducir el flujo de drogas ilegales, aunque sin ofrecer detalles públicos sobre la base legal de los ataques. De acuerdo con fuentes citadas por CNN, el Departamento de Justicia elaboró una opinión jurídica que autoriza el uso de fuerza letal contra embarcaciones vinculadas a 24 cárteles latinoamericanos, pero no permite ataques dentro de territorios soberanos como Venezuela.
El senador republicano Pete Ricketts respaldó las acciones, señalando que “los cárteles apoyados por Venezuela son una amenaza directa para Estados Unidos”. Por su parte, el líder demócrata Chuck Schumer cuestionó la falta de transparencia: “Necesitamos más respuestas. Pediré una sesión abierta ante todos los senadores”.
Otros congresistas demócratas, como Jeanne Shaheen y Gregory Meeks, expresaron su preocupación por la ausencia de pruebas que respalden las afirmaciones del gobierno. “No escuché nada que me convenciera de la legalidad de los ataques”, dijo Meeks, agregando que los funcionarios no presentaron evidencias concretas que vinculen a las embarcaciones con el narcotráfico.
Hasta el momento, Estados Unidos ha realizado al menos 16 ataques en el Caribe y el Pacífico oriental, amparándose en información de inteligencia que rastrea los movimientos de las lanchas. Sin embargo, los funcionarios reconocieron ante el Congreso que no siempre conocen la identidad de los tripulantes antes de atacar.
A pesar de las críticas, Rubio defendió la estrategia: “Sabemos quiénes son, a dónde se dirigen y qué organizaciones los respaldan. Cada operación se evalúa con rigor y precisión”.
Aunque la administración Trump ha reiterado que no tiene planes de atacar dentro de Venezuela, fuentes del Pentágono confirmaron que se evalúa una opinión legal adicional para ampliar el alcance de las operaciones. Mientras tanto, la presencia militar estadounidense en la región continuará fortaleciéndose con el portaviones Ford, que se sumará al despliegue naval en las próximas semanas.
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