La termoeléctrica Antonio Guiteras, ubicada en Matanzas, volverá a salir del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) este viernes a las nueve de la mañana, según confirmó la Unión Eléctrica de Cuba (UNE). Las autoridades aseguran que la planta requiere “trabajos impostergables”, aunque para la población, cada nuevo “mantenimiento” significa lo mismo: más apagones, más calor y más desesperación.
La unidad, que venía mostrando fallas desde hace días, redujo su generación a solo 120 megavatios, una cifra mínima para una instalación que debería ser la principal fuente de energía del país. El objetivo, según la versión oficial, es “recuperar potencia” y reparar una fuga de agua en la caldera. Sin embargo, en las calles de Matanzas y La Habana el comentario es otro: la Guiteras apenas aguanta unas semanas sin romperse.
El plan de la UNE es reconectarla el próximo martes, si los trabajos avanzan según lo previsto. Cuatro días de “operación compleja”, como lo definen las autoridades, que para los cubanos se traducen en noches interminables sin electricidad y cocinas frías por falta de energía.
El Gobierno asegura que esta será la última intervención antes del mantenimiento general, previsto para diciembre y que se prolongará por seis meses. Prometen que, tras esa reparación profunda, la planta recuperará 310 MW de potencia, aunque los expertos dudan de que eso ocurra, dados los años de deterioro, falta de inversión y ausencia de piezas de repuesto.
Según fuentes oficiales, existen alrededor de 400 tareas correctivas pendientes, lo que refleja el alto nivel de desgaste de una termoeléctrica explotada por décadas sin renovación tecnológica. Brigadas de la Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas (EMCE) ya se encuentran en Matanzas intentando “revivir” la planta una vez más, aunque la confianza popular en un resultado exitoso es mínima.
Mientras tanto, el panorama energético de este viernes pinta tan oscuro como los días anteriores. La UNE reconoció que el servicio eléctrico estuvo afectado durante las 24 horas del jueves y que los apagones continuaron durante la madrugada.
A las 6:00 de la mañana, el SEN contaba con 1.529 MW disponibles frente a una demanda de 2.107 MW, lo que generó un déficit de 589 MW. Para el horario pico, el faltante podría superar los 1.400 MW, dejando a más de medio país a oscuras.
A la salida de la Guiteras se suman las averías en otras plantas térmicas: Nuevitas, Felton, Santa Cruz y la Antonio Maceo de Santiago de Cuba, todas fuera de servicio. En total, 653 MW permanecen paralizados por fallas térmicas, mientras 70 centrales de generación distribuida tampoco pueden operar por falta de combustible.
Aunque el Gobierno intenta suavizar el desastre con cifras sobre energía renovable, los 22 parques solares fotovoltaicos del occidente y centro del país solo aportaron 1.959 MWh el jueves, con una potencia máxima de 400 MW, insuficiente para aliviar la crisis.
En medio del calor sofocante y la frustración, los cubanos se abanican bajo la oscuridad mientras el discurso oficial insiste en hablar de “resistencia” y “unidad”, palabras que poco alivian una crisis energética estructural.
La infraestructura envejecida, la falta de inversión y los parches técnicos hacen que cada promesa de estabilidad sea más difícil de creer. Y así, entre apagones y discursos, la Guiteras se apaga otra vez… y con ella, medio país.
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