El Gobierno cubano actualizó este jueves el balance preliminar de los daños ocasionados por el huracán Melissa, que azotó intensamente el oriente del país hace una semana, dejando un panorama de destrucción masiva en medio de una profunda crisis económica.
Según el informe presentado en la Mesa Redonda, el sector de la vivienda es el más afectado: 76 689 casas dañadas, de las cuales 4 743 sufrieron derrumbes totales, cifras que las autoridades calificaron de “cuantiosas”.
Durante la reunión del Consejo de Defensa Nacional, el presidente Miguel Díaz-Canel advirtió que “cualquier cifra preliminar queda por debajo de la afectación real” y reconoció que, dada la magnitud del desastre, “ahora comienza la etapa más dura” del proceso de recuperación. “La reconstrucción va a demorar”, admitió el mandatario, según un reporte de la agencia EFE.
El ciclón Melissa azotó durante siete horas las provincias orientales, provocando graves daños en infraestructuras eléctricas, de telecomunicaciones, viviendas, caminos y puentes, además de dejar comunidades enteras bajo el agua.
Entre los principales desafíos se encuentra el restablecimiento del servicio de agua potable, afectado por la dependencia de la red eléctrica. En varias zonas, el suministro continúa realizándose mediante camiones cisterna, mientras que en otras comunidades el acceso sigue interrumpido.
En Santiago de Cuba, las autoridades reconocen que no se ha logrado llegar aún a la mayoría de la población, lo que la convierte en la prioridad nacional por concentrar al mayor número de personas sin acceso al agua. En Granma, se prevé la instalación de plantas purificadoras en las zonas afectadas por la crecida del río Cauto, cuyas fuentes de abasto resultaron contaminadas.
El Gobierno informó que más de 1,3 millones de personas fueron evacuadas o protegidas durante el paso del huracán. De ellas, 70 mil permanecieron en centros estatales, mientras que 933 mil fueron acogidas por familiares o amigos. Aún 54 mil personas siguen bajo resguardo.
Díaz-Canel destacó además que “no se ha reportado la pérdida de ninguna vida humana”, pese a que medios y redes sociales han mencionado posibles víctimas sin confirmación oficial.
El ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso, detalló que entre las viviendas afectadas, 10 311 presentan daños parciales, 12 056 perdieron totalmente sus techos y 47 753 sufrieron afectaciones en la cubierta. De estas últimas, se han logrado recuperar 2 190 hasta la fecha.
El sector agrícola también sufrió pérdidas significativas. En Granma, se reportan 47 833 hectáreas de cultivos dañadas, en Holguín unas 36 mil, y en Santiago de Cuba se registran daños severos en plantaciones de café, plátano, yuca y áreas forestales.
Durante el programa televisivo, la primera secretaria del Partido Comunista y presidenta del Consejo de Defensa Provincial en Santiago de Cuba, Beatriz Johnson Urrutia, confirmó que esa provincia concentra los mayores perjuicios: 63 103 viviendas afectadas, entre ellas 5 645 derrumbes totales.
Johnson señaló que el servicio eléctrico y telefónico sigue siendo insuficiente, con afectaciones viales en prácticamente todos los municipios. Además, 12 zonas de defensa permanecen incomunicadas, especialmente en San Luis, Segundo Frente, Tercer Frente, Palma Soriano, Contramaestre, Guamá y Santiago de Cuba.
No obstante, informó que ya comenzaron las labores de reconstrucción, con la distribución de 26 mil toneladas de cemento, la recuperación de unas 500 viviendas y la reconexión eléctrica para más de 28 mil clientes en la capital provincial.
El impacto de Melissa ha dejado en evidencia la fragilidad de la infraestructura del oriente cubano, donde la reconstrucción avanza con lentitud ante la falta de recursos. A una semana del huracán, el país enfrenta uno de los mayores desafíos de recuperación de los últimos años, en medio de una crisis que ya golpeaba duramente la vida cotidiana de los cubanos.
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