“Qué tristeza cada vez que veo que soy de las que trabajo muchas horas al día y así es como está ahora mismo el refrigerador de mi casa”, dijo una madre cubana, identificada como Nany Kemell, con el frío vacío con pomos de agua.
“Yo no sé si es dolor, tristeza o rabia lo que siento cuando mi hijo con ojos marchitos me dice ‘mamá tengo’ hambre o mi madre enferma de cáncer me dice ‘no hay nada de comer’. Y lo peor es que así vivimos muchas familias cubanas hoy”.
“Los niños cubanos muchas veces van sin desayunar a la escuela y cuando regresan a casa muy pocos tiene para comer. Lo estoy viviendo y no porque sea vaga o mala madre sino porque soy trabajadora y el salario no alcanza a veces ni para sacar los mandados, no sabe cómo sufro todos los días y la de ideas feas que me pasan por la cabeza”, confesó.
Varios cubanos compartieron fotos de sus refrigerados también vacíos.
Otra cubana comentó: “Me asumo en tu lista porque yo no doy más... Un hijo con retraso mental agravado. Sólo lo que hace es pedir y pedir comida. Una hija adolescente. Y yo con diabetes.... ¿Para dónde cojo? A veces no sé si es volar o que se abra la tierra... No sé qué es mejor. ¿Hasta cuándo tanto sufrimiento?”
“Todos estamos así. Trabajar para que nunca veas el fruto de tu trabajo. Mi mamá tiene 91 años, dos operaciones de columna y una radical de mama prácticamente una dieta y no tengo de dónde. Hoy salí a buscarle algo y nada. Estoy al volverme loca”, contó una ciudadana.
“Es la triste realidad. Este es el país más miserable del mundo y pensar que un hijo te pide cualquier cosa y no se lo puedes comprar y puedes trabajar todo lo que quieras que nunca vamos tener nada. La miseria que estamos viviendo en ninguna parte del mundo se ve, opinó una cubana.
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